El Icona y la media veda

Ante la inminente apertura de la media veda, me veo en la obligación moral de denunciar esta modalidad de caza, por el grave peligro que supone para el ya de por sí precario equilibrio ecológico en algunas regiones de España.Me referiré a esta modalidad de caza en el País Valenciano, que es donde vivo y el caso que mejor conozco. Pues bien, en un país con una densidad de cazadores altísima, en donde la caza de la codorniz no está permitida -porque esta especie ya prácticamente no existe-, este tipo de caza se reduce al exterminio incontrolado de cualquier ave que acude a sus comederos y abrevaderos habituales, copados por las escopetas mañana y tarde. Por el punto de mira no sólo desfilan las especies autorizadas, sino que, con demasiada frecuencia, también son abatidos ejemplares de especies protegidas en serio riesto de extinción.

Si es asombrosa la impunidad en que queda este neurótico proceder, más asombrosa todavía ha sido la decisión, por parte del Icona, no sólo de permitir, sino, encima, de adelantar la apertura de la media veda al día 7 de agosto. Si tenemos en cuenta, además de todo lo expuesto, que durante el mes de agosto hay todavía muchas parejas en cría; que padecemos una grave sequía, que determina una concentración de aves en los pocos puntos con agua que quedan; y que esta medida se aplica en un área geográfica muy degradada biológicamente, podremos hacernos una idea del alcance y la sabiduría que conlleva la aplicación de tal medida. /