El reparto de papeles
Cuando el PSOE se encontraba en la oposición ejercía su papel de criticar al Gobierno con extraordinaria eficacia. Felipe González y Alfonso Guerra resultaban demoledores contra el partido que ostentaba el Gobierno. En medios periodísticos no tardó en reconocerse una estrategia en las actuacion.es del tándem socialista: Felipe González actuaba de moderado, de hombre de Estado que mira las cosas desde arriba, mientras que Alfonso Guerra tenía a su cargo la invectiva agria y el sarcasmo corrosivo.Ya en el Gobierno, el reparto de papeles es menos clarificador, porque no se trata de emplear dos estilos de crítica, de acuerdo con diversos temperamentos y distinta radicalidad.
Las manifestaciones realizadas por Alfonso Guerra en la clausura de la Escuela de Verano del PSOE pertenecen a este género de expresiones contradictorias y contraproducentes. Alfonso Guerra dijo que la clase empresarial está viviendo de rentas, lo que tampoco es una contribución a la consideración que el Ejecutivo socialista dice tener de los empresarios y sus llamadas a que sean capaces de arriesgar en medio de una situación de crisis. ( ... )
Finalmente está la cuestión del referéndum sobre la OTAN. La comisión interministerial Defensa-Asuntos Exteriores considera teórica e irrealizable una política de neutralidad armada; Felipe González se muestra cada vez más prudente al referirse a la consulta popular a la vista de las necesidades estratégicas y de la opinión del estamento militar, y Fernando Morán se cansa de relacionar el referéndum de la OTAN con la CEE, con Gibraltar y con la distensión mundial. ( ... )
A la vista de la actuación del vicepresidente Guerra, se comprende perfectamente su resistencia a entrar en el Gobierno y las reservas de Felipe González de dejarle al frente del partido. Lo que se entiende menos es que esta tensión interna del socialismo entre utópicos y prácticos, radicales y moderados, pueda subsistir durante toda la legislatura. La OTAN, en este sentido, puede ser la piedra de toque de una clarificación de las cosas, claríficación que no sólo lo sería de la propia actitud socialista, sino de la política española.
30 de julio
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