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Entrevista:

"Quiero borrar la imagen de monstruo que se me ha adjudicado"

En esta entrevista, Toni Negri analiza la posición intelectual y moral del 'arrepentido' y se somete a un interrogatorio sin filtros

Juan Arias

, El nuevo diputado revolucionario podría volver a la cárcel de un momento a otro porque ahora es el Parlamento quien deberá votar la petición enviada por la Magistratura para poder juzgarle por delitos que, según algunos jueces, exigen la inmediata detención. ¿Qué hará el Parlamento?

"Por ahora todo mí esfuerzo" dice Negri a EL PAIS, "es borrar en la conciencia de la opinión pública esa imagen de monstruo que se me ha creado".

Y es algo que le pesa y le tortura. Se notaba en el tono de su voz se advertía en el modo como que en aquel momento apagó la colilla del cigarrillo en el cenicero de una de las salitas del Parlamento. "Me duele no tanto el hecho de que algunos de los arrepentidos me hayan acusado, sino el que se haya hecho todo lo posible para acusarme de cosas infames, que era la estrategia para destruir mejor la imagen del maestro".

El tema de lo que en Italia se llama el pentitismo, es decir, el de los terroristas arrepentidos, es una de las cosas que Negri aborda con más calor y preocupación. Le recuerdo que mientras intelectuales como Leonardo Sciascia han rechazado la imagen del arrepentido otros piensan que ha sido el instrumento más eficaz en Italia contra el terrorismo.

"Que haya sido un instrumento para combatir el terrorismo, es cierto. El problema es lo que esto deja detrás de sí. Y yo pienso que deja una cantidad increíble de falsedades que han trastornado de la manera más vergonzosa el proceder penal y el estado de derecho"

"Yo no dudo que la persona del arrepentido pueda ser útil, pero sólo cuando, aun prescindiendo de la figura moralmente odiosa que representa, existe la voluntad de verificar con seriedad la verdad de lo que dice. Pero cuando, al revés se usa al arrepentido como único instrumento de acusación, se con vierte entonces en un elemento de tortura y de inquisición".

'Nunca me he encontrado frente a los arrepentidos'

Se ve que Negri habla con mucha amargura de este tema que le toca en su carne, ya que las acusaciones mayores que se le han hecho durante el proceso en curso, y que ha sido momentáneamente interrumpido, se las han hecho algunos de estos arrepentidos. Sobre todo Fioroni, que ha llegado a acusarle de haber participado en el secuestro y asesinato de su amigo Carlo Saronio."Es algo horrible. Piense que la misma familia de Saronio me trata con gran afecto y simpatía y mantiene continuos contactos con mí esposa, Paola. Es increíble que nunca me han permitido encontrarme frente a frente con estos arrepentidos que me acusan. Probablemente porque los jueces temen que ante mi presencia no resistan psicológicamente. Durante el proceso han cambiado cuatro veces las acusaciones contra mí. Es un baile infernal y absurdo de confesiones y contraconfesiones".

"Pero lo más grave de todo este asunto de los arrepentidos es que han dado toda una visión completamente falsa, desde el punto de vista intelectual, de lo que fue la historia de los años setenta. Se ha acabado criminalizando todo bajo la voluntad represiva de algunas fiscalías. Y de este modo se han cerrado las puertas a toda posibilidad de diálogo político futuro".

Y para el nuevo diputado la tentativa de ensanchar la legislación, que favorece a los arrepentidos hasta el punto de ponerles en libertad, a pesar de haber confesado crimenes horribles, a otros campos corno la Mafia o la Camorra es una operación grave y peligrosísima, ya que desencadenaría, dice, "un proceso irresistible de venganzas en cadena".

Todos se preguntan ahora cuáles podrán ser las primeras iniciativas de Negri diputado, de un intelectual revolucionario dentro del Parlamento.

"Presentaré, junto con otros diputados, en los días próximos, una nueva ley que acabe con la vergüenza actual de la detención preventiva, que puede prolongarse legalmente hasta 11 años y medio. Nosotros vamos a pedir que no pueda durar más de cuatro años y que exista la posibilidad, en algunos casos, de obtener la libertad provisional, cosa que hoy se niega a quien esté acusado de terrorismo".

Negri cuenta que fue emocionante encontrarse en el Parlarnento con viejos amigos y compañeros de batalla. "Asegura que le han recibido sin prejuicios y que, en realidad, la animosidad que hubo contra su presencia en Montecitorio el primer día por parte de algunos grupos, sobre todo los neofascistas de Giorgio Almirante, fue más escenografía teatral que verdadera oposición". "De hecho", dijo, "no voló ni un solo puñetazo. Era sólo un poco de comedia ante las cámaras de televisión".

Otro momento que Negri recuerda con emoción, en estos sus primeros días de libertad, es su visita, esta vez como diputado, a la cárcel en la que vivió cuatro años como detenido.

"Me recibieron mis compañeros con los brazos abiertos. Había mucho de paternal en sus manifestiones y me gritaban: 'Tú no debes volver aquí dentro'. No me consideraron ni por un instante como un privilegiado o diferente. Ellos saben muy bien que yo no me consideraré verdaderamente libre mientras ellos sigan en la cárcel. Y que mi gran batalla en el Parlamento será a favor de su liberación y de una reforma a fondo de la situacíón de las cárceles italianas".

Parte del mundo intelectual se ha quedado mudo'

Analizando la situación política italiana, Negri es muy drástico. "El gran problema de Italia es el retraso con el que las instituciones del Estado siguen las exigencias y los humores de la sociedad. Cuarenta años de democracia no han sido capaces de crear una auténtica participación del pueblo en la vida política. Los partidos que debían haber sido los canales de esta participación popular se han convertido en bloques de intereses corporativos, olvidándose de los intereses generales de la gente. En el fondo tenemos una oligarquía que, paradójicamente, no funciona. Los efectos están ante los ojos de todos: la casi imposibilidad de gobernar. Y al mismo tiempo se ha ido creando elpartido de la magistratura, con poderes tan enormes que hoy dan miedo a la misma Democracia Cristiana".Por lo que se refiere a los instrumentos que se podrían usar para salir de esta crisis italiana, una vez fracasada la tentativa subversiva del terrorismo que intentaba cambiar drásticamente la sociedad, ¿qué posibilidades pueden aún existir? Toni Negri reflexiona antes de responder.

"Francamente, no lo sé. Creo que hay que seguir insistiendo en la posibilidad de participación desde la base. Hay que potenciar el discurso sobre los valores, profundizar algunos temas de fondo y nuevos que están en la conciencia de todos: la paz, la ecología, el movimiento comunitario, la nueva calidad de vida. Y mi esperanza es que la historia de este país demuestra que, de cuando en cuando, lo que parece inmóvil empieza como a resultar y acaba explotando. Baste recordar algunas fechas como 1953, 1960, 1968 y 1977. Es verdad que existen nuevas realidades sociales sin representación política. Por ejemplo, un cierto tipo de obrero que antes trabajaba en la fábrica, que era revolucionario y después e aburrió y abandonó la fábrica. Ahora trabaja por su cuenta. No es el proletario de antaño. Es gente que ha hecho estudios, que ha entrado en otros engranajes de producción, entre ellos la informática y el terciario productivo. No sabernos aún cómo ha madurado dentro. Pero me doy cuenta ya de que no todo ha muerto y que queda el rescoldo bajo las cenizas. Que hay mucho desencanto, pero también ganas de cambiar, mucha protesta interior, pero también deseo de construir, otra vez, nuevos espacios de libertad. Eso sí, hay aún mucho miedo a la represión. Un cierto mundo intelectual se ha quedado mudo, no reacciona, probablemente porque todo lo que era disenso, tras la experiencia del terrorismo ha quedado como criminalizado y perseguido".

Acaba la charla recordándome que el politólogo católico Gianni Bagget-Bozzo le escribió a la cárcel diciéndole: "Estoy seguro de que te gustaría el socialismo que está naciendo en España". Ahora que Negri es libre, apenas le den el pasaporte tiene la intención de ir a Alemania, Francia y también a España: "Todos me dicen que allí puedo aún encontrar políticos no corrompidos, abiertos al diálogo y sin miedo a las novedades emergentes. Y tengo mucha curiosidad por ver si ello es cierto".

Una última pregunta: ¿para un revolucionario como usted es cierto que le es indiferente un Gobierno en Italia presidido por un Flaminio Piccoli (presidente de la Democracia Cristiana) o por Bettino Craxi, secretario general socialista?

"No digamos barbaridades. La Democracia Cristiana es de derechas y reaccionaria, y Craxi es un reformista. Más aún, el partido socialista habría podido obtener muchos consensos siguiendo el ala de Mitterrand y de Felipe González".

¿Qué es lo que le ha faltado según usted?

"El coraje del riesgo. Ha preferido hacer grandes operaciones políticas para adueñarse de los bancos y de la industria, sobre todo de la industria pública. Se ha tratado de operaciones principescas y no democráticas. Y, como enseña Espinoza, hay que tener la valentía de escoger entre el príncipe y la moltitudo, entre el poder y la gente, con sus problemas reales".

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