Un alcalde de Colmenar
En "Gente" de la última página del 28 de junio, figura el rasgo de Jesús Aliagas, alcalde de Ucero, que ha puesto una multa a su tía por tener sueltas las gallinas. Quiero reivindicar algo más ejemplar todavía, que hizo mi abuelo Trinidad Gómez Pombo, siendo alcalde de Colmenar Viejo en el último decenio del siglo XIX: se puso una multa a sí mismo. Había publicado un bando prohibiendo abrevar a las caballerías sin ronzal en la plaza del pueblo. Una noche descubrió que su propio caballo estaba infringiendo la norma. Inmediatamente se dirigió al municipal y le obligó a cobrarle cinco pesetas (que entonces equivalía a más del doble del jornal de un bracero), a pesar de la respetuosa resistencia del guardia del Ayuntamiento. /
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