Las mujeres ocultan su drama al juez por no perder los hijos
Los abogados especializados en separaciones mantienen que en buena parte de los 17.000 casos anuales que se presentan, tan sólo en Barcelona, se ocultan razones inconfesables ante el juez. Si una mujer admite ante el juez que su marido la obligaba a prostituirse, perderá con toda seguridad la custodia de los hijos, "porque no sería bien visto dejar los hijos en manos de una ramera".El aumento de la prostitución de la esposa ha sido paralelo al incremento del paro. Aunque no existen estadísticas, se calcula que la cifra de esposas prostituidas alcanza al censo de profesionales reconocidas. En muchos de los casos, estas mujeres comienzan bajo amenzas de malos tratos y acaban instalándose definitivamente en el oficio. El anecdotario de los despachos especializados y de asistentes sociales es inacabable. No sólo las esposas son obligadas, también lo son las hijas. Los amigos son los clientes en la mayoría de los casos. En otros, el negocio sexual con la esposa,se consigue al convertirla en protagonista de películas pornográficas filmadas en Grecia, adonde se desplazan, de cara los vecinos, de viaje.
La conversión de la esposa en prostituta como medio para salir de la penuria económica, encuentra mayores facilidades en los matrimonios jóvenes. Las confesiones privadas ponen al descubierto el abuso, por parte del marido, del liberalismo de su mujer a la hora de aceptar dinero de sus amigos para acostarse con ella.
Prácticamente ninguno de los casos llega a plantearse en los tribunales. Entre otras razones, porque "los jueces priman en exceso al marido", en opinión de las fuentes consultadas, "y cualquier excusa serviría para fallar en contra de la mujer". El mismo procedimiento, lento, de por sí y por la rutina de la administración, perjudica a la esposa. En el caso de Carmen, fueron necesarios casi dos años para conseguir una sentencia favorable, que recogía la obligación del ex marido de pagar 30.000 pesetas mensuales a la esposa. A partir de este momento, comienza otro tipo de problemas. Primero, el pago de la asignación mensual, que invariablemente se retrasa, "con el beneplácito del juez"; luego, las visitas a los hijos. "Si el marido retrasa la devolución de los hijos, no pasa nada; si es la esposa quien lo hace, se ha llegado incluso a organizar un gran despliegue policial para recuperarlos", explica una abogada.
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