Defensa de la justicia

Rafael Escobedo se declara inocente del asesinato de los marqueses de Urquijo, después de haber aceptado su plena responsabilidad en el caso durante la instrucción del sumario. Lluïsa Conill, la acusada por el secuestro y asesinato del bebé de Canovelles, ha negado ahora la autoría que reconoció, no sólo ante la policía, sino ante el juez instructor.De manera equivocada se puede creer que los jueces han visto disminuida su autoridad moral y que las dudas que se les planteen en el transcurso de la vista tendrán que favorecer necesariamente al acusado.

Si así ocurriera, y ésta fuera la causa de las frecuentes contradicciones de convictos y confesos que se declaran inocentes, nos encontraríamos en una situación grave. Significaría que nuestra sociedad está perdiendo puntos de referencia y que sitúa el Norte donde está el Sur y coloca Oriente por el lado de Poniente. Se ignoraría que los jueces han de juzgar las conductas humanas de acuerdo con las leyes vigentes, que no las han hecho ellos, sino los componentes de las cámaras legislativas. En un sistema democrático se dispensará un trato al detenido de acuerdo con los derechos humanos y se suavizará el régimen penal, de acuerdo con leyes y reglamentos de los poderes legislativo y ejecutivo. Incluso será posible que en los medios de comunicación se dispense un trato de comprensión hacia el delincuente, a veces excesiva, como se ha reprochado recientemente a algún programa de televisión. Pero ello no moverá a los jueces a cambiar sus criterios, ante acusados que se presentan como víctimas.

, 14 de julio