Incidentes y tensión

Durante la actuación de Miguel Ríos, los alrededores del Estadio del Rayo Vallecano, en Madrid, fueron un continuo ir y venir a la carrera de jóvenes aspirantes a convertirse en público y policías dispuestos a impedirlo.

Los momentos de mayor tensión se vivieron cuando, al desalojar efectivos de la Policía Nacional una azotea situada junto al estadio, varios jóvenes, en su huida, quedaron colgados de una cornisa, a diez metros del suelo. Los espectadores de la tribuna superior Este del estadio, que asistieron al concierto más pendientes de la calle que de la música, vivieron varios minutos de angustia hasta que los jóvenes colgados superaron el peligro.

Pero varios minutos después esos mismos espectadores asistieron a la espectacular caída de un joven que intentaba colarse por detrás del escenario. Al muchacho se le fueron las fuerzas mientras intentaba traspasar una valla de alambre y cayó desde unos doce metros a los pies de la policía, que permaneció impasible durante los denodados esfuerzos del joven para asirse a la verja. Un amigo suyo se encargó de trasladarlo hasta las asistencias de la Cruz Roja.

Todos estos incidentes provocaron las protestas y los abucheos de los espectadores más cercanos a la calle.