La Alianza Atlántica prepara la creación de un mando central para la zona del Egeo

Grecia y Turquía son, hoy por hoy, los dos aliados vecinos más irreconciliables en el seno de la OTAN. En el fondo de sus diferencias históricas yace un grave problema de identidad. Ambos padecen un complejo de europeísmo, que mientras en los griegos se revela como una falta de reconocimiento de que ellos constituyen el extremo europeo del flanco sur de la OTAN y se quejan de la poca atención que reciben de la Alianza, los turcos, con un pie en Europa y otro en Asia, reivindican para sí esa situación atlantista que justifican por ser el país más estratégicamente situado para la Alianza.

Para hacer frente a estas diferencias, la OTAN estudia la creación de un mando central para el Egeo. Las dos naciones han sufrido guerras civiles, invasiones exteriores y ocupaciones históricas entre ellos. Ninguno de los dos escapa al subdesarrollo económico, político y social típico de los Estados mediterráneos. Tienen también en común el deseo de hacer compatibles un grado mayor de independencia en sus acciones defensivas y de política exterior con la necesidad de que aumente la financiación aliada para sus programas.En una serie de entrevistas recientes con responsables de Exteriores y Defensa en Atenas y Ankara, la conclusión que se saca es que en caso de un ataque no nuclear del Pacto de Varsovia sobre ese flanco de la OTAN, la URSS no encontraría una resistencia importante hasta por lo menos ocho días de iniciado.

A 12 días de viaje

De seis a 12 días se tarda en colocar el primer contingente de las fuerzas de despliegue rápido, AMF (Allied Mobile Force) en un punto de crisis de los fronterizos con la URSS y el resto de los miembros del Pacto de Varsovia en el sureste europeo. Las AMF, con 4.000 de sus 9.000 hombres, armamento pesado, cazabombarderos y transportes, tardaron el mes pasado 12 días en situar un frente en la Anatolia oriental, en el curso de unas maniobras a 30 kilómetros de la frontera turco-soviética. Pero en el intervalo los ejércitos locales tendrán que parar el choque con sus medios.En vista de que las diferencias entre los dos vecinos y aliados del flanco sur no tienen una solución a la vista, sobre todo en lo que respecta al mar Egeo, y concretamente a la estratégica isla de Lemnos, el general Bernard Rogers, comandante supremo de las tropas aliadas en Europa, decía recientemente que la OTAN no entra en las disputas bilaterales "en tiempo de paz", pero que en caso de guerra la cosa es distinta.

"En tiempo de paz, la defensa es responsabilidad de cada nación. En guerra, es mi responsabilidad porque tengo la misión de defender todo el territorio de la Alianza", manifestó Rogers, que está trabajando en el establecimiento de una jefatura de mando central para el Egeo.

Las diferencias de interpretación respecto de las convenciones de Lausanne y Montreux, la desmilitarización o no de las cuatro islas más estratégicas, dos griegas (Lemnos y Samotracia) y dos turcas (lmvros y Tenedos), las reclamaciones turcas sobre el espacio aéreo y la plataforma continental en el Egeo, y la eterna rivalidad entre las comunidades greco-turcas de Chipre, han motivado el que a pesar de que la amenaza principal para la OTAN en Turquía está en el extremo oriental, las autoridades de Ankara tienen 150.000 soldados en su zona costera occidental del Egeo y del Mediterráneo.