Hoy llega a Rabat una delegación española para ultimar el acuerdo económico global

Una delegación técnica española comenzará hoy a negociar en Rabat el primer acuerdo de cooperación global hispano-marroquí. Con esta delegación técnica se sustituye el viaje que debían haber iniciado ayer en Madrid tres o más ministros económicos marroquíes, que por tercera vez consecutiva han aplazado su viaje a la capital española.Los ministros marroquíes en cuestión deberían haber venido a Madrid, respondiendo a la norma comúnmente aceptada en la práctica entre Estados, de negociar alternativamente en las respectivas capitales, como hicieron previamente en Rabat los ministros Carlos Romero, titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, y Enrique Barón, ministro de Transportes y Comunicaciones. La excusa oficial dada por el ministro Taieb Bencheij, que estuvo el sábado en Madrid para disculpar a sus colegas, es que el rey llassan Il prefiere que sus ministros no viajen en el Ramadán, mes de ayuno y reflexión religiosa.

A cambio, el ministro Bencheij propuso en Madrid que viajasen los ministros españoles a Rabat, a lo cual se ha negado el Gobierno español. Sin embargo, ha admitido que viaje a Rabat la mencionada delegación técnica. Esta misma delegación ya estuvo en Rabat el 26 de mayo pasado y se marchó de aquí convencida de que había llegado hasta donde podía llegar, y que entre técnicos no había ya nada más que hablar. Entre España y Marruecos habría acuerdo, dieron a entender antes de marcharse, sólamente si existe la suficiente voluntad política para ello.

Lo que está en juego ahora es nada menos que el primer acuerdo de cooperación global hispanomarroquí a cuatro o cinco años de plazo, que será el primero firmado entre los dos países después de la cesión del Sahara español en 1975.

Después de reconocer que el Gobierno socialista tiene una actitud más positiva hacia Marruecos y comprende mejor los problemas económicos marroquíes, el diario Al Bayane publicaba ayer un artículo en el que se leía que "Marruecos ya no puede conceder a España un privilegio neocolonial como es el de abrirle todas sus costas".