El mono de Kafka en el Retiro
Un hombre se vuelve insecto; un mono se cambia en hombre. Entre La metamorfosis Y el Informe para una academia, de Kafka hay bastantes aproximaciones: un dolor de transformación, una angustia de dejar de ser un desastre cenestésico. Ver a José Luis Gómez interpretar ese ser al mismo tiempo duplicado y comprimido reproduce ese dolor, esa repulsión tan aguda que sólo se percibe cuando uno se rechaza a sí mismo.Un mundo kafkiano conmemora el centenario del nacimiento de Kafka (Praga, 3 de julio de 1883). Conmemorar, ahora, es asimilarse, digerir, reconocerse. Hubo primero un alejamiento para entender: Kafka era un pequeño judío de expresión alemana en una ciudad checa y era, por tanto, un hombre que buscaba sus asimilaciones y no las encontraba sin un sistema claro de pesos y medidas. Etcétera. Todo se ha dicho, todo si va a decir dentro de unos días; y también que, después de haber comprendido a Kafka como a. un extraño, nos comprendemos ahora a nosotros mismos como kafkas: todos somos extraños, extranjeros, judíos de Praga. El simio de José Luis Gómez, y su simiedad.
Se cerraba la Feria del Libro con este último acto de representación en la carpa del Retiro: un horno de color naranja y toques negros. Como vivir dentro de un cuerpo, con calentura. Tres o cuatro centenares de gente joven, algunos con bolsas de libros, otros con bebidas, incluso sentados por los suelos, charlatanes y vivarachos. Muchos que esperan todavía algo del teatro, y que esperan que el teatro sea ellos mismos. Se les está esperando. Está bien que todavía miren y admiren a los maestros. José Luis Gómez es uno de ellos, dentro de la ambigüedad de la expresión: uno de los que todavía tienen el ímpetu, uno de los que todavía son maestros.
Su mono cuenta a una imaginaria Academia el trance de ser hombre para encontrar una salida: es decir, la voluntaria asimilación de una cultura ajena, de los usos y costumbres de una sociedad distinta, pero capaz de capturarle y domesticarle. Un judío de Praga, un español de España era, quizá, antes, años .atrás, más acrobático. Lo era José Luis Gómez. La maestría consiste en conservar la agilidad precisa y posible y hacer más reflexivo el texto. Lo dice a veces de manera épica, declamatoria, recortado el idioma en frases y fragmentos de frase de quien habla en el idioma que no es el suyo, con inflexiones continuas. Oscila el cuerpo, se retiene para consumar la ficción (un actor que finge ser un mono que finge ser un hombre) dentro de los distanciamientos. Pero todo esto no pasa de ser una descripción naturalista. Lo que hay en el escenario negro del, vientre naranja de la carpa es esa desesperada renuncia a la propia naturaleza para encontrar en la de los otros una salida. Se mezcla en la interpretación de José Luis Gómez la antipatía hacia el traidor de clase con el horror por nosotros mismos. Se diría que Gómez está perfectamente odioso, excelentemente amargo.
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