10 días de encierro de los mineros de Potasas del Llobregat
Una estrecha tubería de plástico que lleva agua a 500 metros de profundidad y una línea telefónica interna son, desde hace 10 días, los únicos puntos de contacto con el exterior para 62 mineros de Potasas del Llobregat, encerrados en el fondo de la mina desde el 31 de mayo, en reivindicación de un convenio colectivo propio. La empresa pertenece en la actualidad a Explosivos Río Tinto (ERT).
Una pancarta, situada en la boca de la mina, a 10 kilómetros de Manresa, entre las poblaciones de Sallent y Balsareny, en la comarca del Bages, reza: "ERT asesina, quiere matar de sed y hambre a los mineros encerrados". La empresa se opone a la entrada de provisiones para los mineros y supedita cualquier incremento salarial a la reestructuración global del grupo ERT, pendiente de la aprobación en referéndum, después de haber sido negociada con los sindicatos.
El 31 de mayo, 14 mineros del turno de la mañana no salieron a la hora del relevo. El siguiente turno de tarde ya no entró en el pozo, y por la noche cerca de 50 mineros bajaron a sumarse al encierro.
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