Rescates millonarios
Las cifras de los rescates pagados tras los múltiples secuestros de industriales llevados a cabo por las distintas ramas de ETA han estado sujetas a todo tipo de especulación, ya que en ningún caso las familias han reconocido el haberlo hecho efectivo. El pasado mes de enero, y a raíz de su detención, Juan Félix Eriz, mediador en el secuestro de Saturnino Orbegozo, reconocía en una entrevista su mediación y el pago de rescates en varios casos de secuestros, de industriales vascos. Manifestaba, por ejemplo, que en el caso de José Luis Arrasate, en cuya liberación intervino por vez primera, consiguió que el rescate que los secuestradores pedían fuese rebajado desde 100 hasta 30 millones de pesetas.El secuestro del industrial valenciano Luis Súñer, en 1981, no sólo ha sido hasta el momento el de mayor duración (90 días), sino que ha sido el caso en el que se ha pagado un rescate más elevado. Según el Gobierno, en contestación -a una pregunta del diputado Blas Piñar, los secuestradores recibieron 325 millones de pesetas.
Otras cifras barajadas como posibles rescates fueron los 50 millones pagados en 1973 en el caso de Felipe Huarte, 150 millones por Jesús Serra, 100 millones por Pedro Abreu y 50 millones por José Garavilla; estos tres últimos, en 1980. En 1982 se pagaron 120 millones como rescate de José Lipperheide, 12 millones por Luis Allende; 9 por Mirentxu Elásegui; 30 por Rafael Abaitúa y 15 por Francisco Limousín.
Ya en este año, la familia de Miguel Ignacio Echeverría entregó a los secuestradores los 161 millones exigidos. El pago del rescate fue efectuado arrojando el dinero desde el tren El Sol de Levante que cubre diariamente el recorrido entre Irún y Alicante. En el caso de Jesús Guibert, secuestrado durante 17 días por los Comandos Autónomos Anticápitalistas y liberado el pasado 7 de abril, se especuló con cifras que en todos los casos superaban los 100 millones de pesetas.
