La protesta
La consternación que produjo el percance de Curro Vázquez es general, y más aún entre aficionados. Los taurinos, en cambio, intentan culpabilizarles de la cogida, simplemente porque habían protestado el toro que la produjo. A alguno de ellos les sorprendimos, en conciliábulo, barbarizando contra el presidente, pues -decían- debió haber metido en la cárcel a esos aficionados Han encontrado ciertos taurinos abierto el portalón de la de magogia para, con capciosos argumentos, descalificar a la muy exigente afición de Madrid. La realidad es que los aficionados del los tendidos 7 y 8, en Las Ventas, apoyaron a Curro Vázquez cuando más lo ne-, cesitaba, y en la corrida del jueves le pedían que liquidara, sin intentar faena, al toro que le cogió. La protesta jamás fue contra el torero, sino contra el toro y, principalmente, contra todo el taurineo que propicia ganado como el que saltó a la arena aquel día (y tantos otros). Presidente incluido. Porque los presidentes, con la actitud que están teniendo en esta feria, parecen unos taurinos más.
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