La escasez de órdenes compradoras acentuó las bajas
La justificación del comportamiento negativo de las reuniones bursátiles de ayer se resume con facilidad: las escasas órdenes compradoras que tuvieron la osadía de concurrir a la negociación el pasado martes habían desparecido por completo, mientras que los vendedores mantuvieron su presencia activa, observándose incluso alguna incorporación postrera a sus filas. De este sencillo esquema extraían los especialistas algunas conclusiones entre las que destacaba la preocupante sequía que experimenta la fuente de los inversores internacionales y la participación decisiva de la especulación en los movimientos diarios de los mercados de acciones.Empezando por la segunda de estas dos razones, la festividad en la mayor parte del territorio español de la jornada de hoy ha generado un comportamiento vendedor en la barandilla, similar al de los fines de semana, aunque sus efectos han resultado más acentuados por la ausencia casi total de órdenes de compra. Desde hace ya bastantes reuniones se viene apreciando una falta notable de impulsos compradopres que resulten suficientes para hacer frente a una oferta, aparentemente bien conocedora de sus posibilidades, y que procura evitar con exquisito cuidado crear situaciones próximas a la saturación del mercado.
La impresión que compartían diversos especialistas es que los inversores nacionales no han terminado por confiar en las posibilidades a medio plazo del mercado, y que, una vez realizadas las tomas de posición correspondientes a las reestructuraciones de sus respectivas carteras, se han mantenido prácticamente al margen de los avatares diarios. Por su parte, los inversores extranjeros no sólo han suspendido la canalización de órdenes de compra hacia las Bolsas españolas, sino que incluso han cambiado su signo pasando a resultar vendedoras. De resultar cierta esta tesis, se explica con cierta sencillez la pérdida de siete enteros que registraba ayer Dragados, en el mercado madrileño, ya que este valor había venido siendo uno de los favoritos de estos peculiares inversores.
Por si algo faltase para terminar de arreglar el deprimido panorama al que se enfrentaban los operadores desde primera hora de la mañana, tres destacados valores, un banco y dos eléctricas, descontaban dividendo acentuando así la atención de los vendedores sobre ellos. Banesto, con una derrama de 12,46 pesetas y una pérdida en el precio de sus acciones de seis enteros, conseguía aguantar el tipo, a pesar de los 54.654 títulos que ofrecía como saldo vendedor.
Peor suerte corrieron Sevillana y Unión Eléctrica-FENOSA, cuyas acciones bajaban en la Bolsa de Madrid siete enteros respectivamente, lo que les equivalía a dejar el importe íntegro de sus dividendos -25 pesetas cada uno- y dos enteros más.
Lo que sí parece bastante claro es que mientras continúe la imparable marcha del dólar y los certificados de regulación monetaria continúen ofreciendo unos tipos de interés superiores al 20%, el interés de las Bolsas españolas se reducirá a evoluciones concretas que los especialistas sitúan en torno a valores tales como Asland, Reunidas de Zaragoza, Explosivos y los que poco a poco las mentes enfebrecidas, y los bolsillos necesitados vayan siendo capaces de imaginar.
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