Decisión equilibrada sobre el FACA

La decisión de Felipe González de reducir el programa FACA a la compra de 72 cazabombarderos F-18A, en lugar de los 84 previstos inicialmente, puede calificarse, cuando menos, de equilibrada, en un momento en el que la economía española está necesitada precisamente de medidas que logren rebajar el enorme déficit público, estimado al final del pasado año en una cantidad próxima al billón de pesetas. Con la decisión de Felipe González, el Estado ahorrará cerca de 50.000 millones de pesetas, con lo que el coste del programa queda fijado en unos 260.000 millones, en lugar de los 310.000 millones fijados inicialmente. Desde este punto de vista, ofende al sentido común, y al sentir de millones de españoles, la frase pronunciada ayer por el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, teniente general Emilio García Conde, quien aseguró, al enterarse de la reducción del número de aviones, que "hoy es un día de luto para el Ejército del Aire".El propio general, aunque precisó que comprendía la decisión, agregó que al programa FACA le ha perjudicado la excesiva publicidad que ha tenido en los medios de comunicación. Pero no es difícil suponer que los españoles hemos salido ganando con estas reducciones en la compra de armamentos. Durante el régimen anterior, estas compras tuvieron un carácter absolutamente reservado, de manera que los ciudadanos jamás tuvieron conocimiento del empleo que se daba a una buena parte del, dinero público. La opinión tiene derecho a conocer, y el Parlamento a controlar, en qué invierten los ejércitos los fondos destinados a los mismos y, aun cuando la transparencia informativa en los asuntos relacionados con la Defensa sigue brillando por su ausencia, algunos datos importantes han empezado a publicarse desde hace meses en los medios de comunicación. Este fenómeno no sólo no esconde ningún aspecto negativo, sino que, por el contrario, resulta indispensable en toda democracia sólida que quiera contar con unas Fuerzas Armadas Con apoyo en la opinión pública.

Parece que la actual fuerza aérea de combate española, con excepción de los 72 Mirage F-1 adquiridos recientemente, está obsoleta, integrada por aviones que, como los Phantom o los Mirage 3, tienen ya cerca de 20 años de existencia. Ahora nuestro país va a contar con el avión más moderno del mundo, del que sólo dispondrán, por el momento, Estados Unidos, Canadá y Australia. El mismo contrato del FACA entre los Gobiernos de Estados Unidos y España deja abiertas las puertas para que, en el caso de que mejoren las condiciones económicas, en los próximos años pueda incrementarse el número de aviones a comprar. A lo largo de los últimos años, el pre supuesto del Ejército del Aire ha sido relativamente bajo en relación con los correspondientes a la Armada y, sobre todo, al Ejército de Tierra, que mantiene una exagerada plantilla para. las necesidades objetivas de la defensa. Hoy día, la base defensiva de todos los países reside en el potencial de su fuerza aérea. Por ello, el propio Ejército del Aire espera que en l9s próximos años se produzca un incremento en sus presupuestos, dado que el Gobierno distribuirá los fondos de la Defensa de acuerdo con los programas prioritarios de cada Ejército, y no, como hasta ahora, de acuerdo con las plantillas de cada uno.