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Burguiba abandona hoy Argel sin que cuaje la 'cumbre' magrebí

El presidente tunecino, Habib Burguiba, concluye hoy, martes, su visita oficial a Argelia, sin que exista la menor esperanza de que se celebre antes la cumbre magrebí en la capital argelina. El muy probable fracaso de esta iniciativa tunecino-argelina será achacada a la negativa del rey Hassan II a aceptar una solución magrebí a la crisis del Sáhara occidental, aunque tampoco él coronel libio Muamar el Gadafi se ha desplazado a Argel, como se esperaba. El único jefe de Estado magrebí que ha unido a Burguiba y al presidente Chadli ha sido el mauritano Juna Uld Jaidalla.

La capital argelina fue, durante todo él lunes, un hervidero de rumores, absolutamente contradictorios. En honor a la verdad, hay que decir que ningún medio autorizado argelino rompió la discreción de que se han rodeado los dirigentes; de este país, tras la inesperada noticia, dada por la agencia oficial de Prensa argelina, el pasado sábado, a propósito de la llegada de "ciertos jefes de Estado" para participar en una cumbre del gran Magreb árabe.Los diplomáticos norteamericanos, que no dejaron de mostrarse, optimistas sobre la realización de la cumbre, y sus homólogos franceses, que estuvieron locuaces, como nunca, a propósito del fracaso de la conferencia, han revelado cuáles eran los sentimientos de París y Washington a propósito de una reunión que, aunque no hubiera resuelto la crisis del Sáhara, por lo menos hubiera servido, sin duda, para consolidar el clima de amistad y cooperación instaurado entre Argelia y Marruecos.

Todo hace suponer que la diplomacia francesa estaba mejor informada, en medio de ese máremagnum de rumores que ayer tarde empezaron a aglutinarse en un sentimiento de pesimismo, cuando despuntaba una cumbre tripartita argelino-tunecino-mauritana en lugar de esa cumbre del gran Magreb árabe, a la que, al menos sobre el papel, aspiran todos.

La negativa del rey Hassan II a acudir a la capital argelina ha sido atribuida a su voluntad de no verse presionado psicológicamente, y así lo habría manifestado en los dos mensajes personales enviados, días atrás, a los presidentes Burguiba y Chadli. Tal argumento tiene, sin embargo, muy poca validez para los argelinos, dado que éstos han considerado que era lícito no desperdiciar la menor posibilidad para reconstruir el gran Magreb árabe y reunir, de esa forma, todas las energías en defensa de la causa común de los árabes, el conflicto palestino.

La llegada de Jaidalla se explica, ante todo, por su voluntad de adherirse al tratado de fraternidad y concordia argelino-tunecino, a fin de disponer de mayores garantías en lo que concierne a su seguridad y el reconocimiento internacional de sus fronteras. El gesto del presidente mauritano ha sido apreciado en Argel, donde se recuerda que fue en esta misma capital donde tuviera lugar, en el verano de 1979, la firma del acuerdo de paz entre Nuakchott y el Polisario.

Balance positivo

A nivel bilateral, la visita oficial de Burguiba se salda, para los argelinos, en un balance muy positivo. Los dos países han decidido incrementar sus lazos comerciales y políticos, iniciar la cooperación en varios terrenos, como el militar y el de la transferencia de tecnología, y facilitar al máximo la libre circulación de bienes y personas.La ausencia del coronel Gadafi sólo puede explicarse en función de sus resquemores a verse ligado a una aventura política en la que no podría jugar un protagonismo de primera fila.

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