En la 'cumbre' de Williamsburg se reafirma la decisión occidental de despIegar Ios euromisiles
Los sietes países occidentales que participan en la cumbre de Williamsburg reafirmaron ayer su solidaridad en materia de seguridad declarando que todo intento por parte de la Unión Soviética para dividirles están destinadas al fracaso.En una declaración común leída por el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, los siete se declararon dispuestos a colaborar con la Unión Soviética para llegar a reducir el nivel de armamentos, pero confirmaron su decisión de desplegar los euromisiles a finales de este año si las negociaciones de Ginebra no llegan a resultados satisfactorios.
Los siete grandes centraron, por otra parte, sus esfuerzos en buscar la forma de poner punto final a la recesión económica. La entrevista mantenida a solas en la víspera entre François Mitterrand y Ronald Reagan sirvió, aparentemente, para deshacer el malentendido que presidía las relaciones del político socialista con Washington.
Los jefes de Estado o de Gobierno de los siete grandes, junto al presidente de la comisión de la Comunidad Económica Europa (CEE), Gaston Thorn, inauguraron ayer, en la diminuta ciudad-museo colonial norteamericana de Williamsburg, las sesiones de trabajo de la novena cumbre. En la noche del sábado los asistentes fueron agasajados por Ronald Reagan con una cena, cuyos postres se transformaron en un largo debate sobre el rearme nuclear. El almuerzo de ayer tuvo como tema central las relaciones con la Unión Soviética -que han de ser, a la vez, "firmes y razonables"- y la cena estuvo dedicada a la situación en Oriente Próximo.
Después de que la mayoría de los dirigentes rezara por la paz en una de las más pequeñas capillas de Estados, Unidos, la sesión de trabajo dio comienzo en la Cámara de los Burgueses del que fuera Parlamento de la antigua colonia británica de Virginia.
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