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El Grupo Parlamentario Socialista pretende enmendar la política presupuestaria del CSD

Luis Gómez

El Grupo Parlamentario Socialista pretende enmendar parcialmente la política presupuestaria del Consejo Superior de Deportes, lo que viene a significar una clara desavenencia entre Romà Cuyàs, secretario de Estado para el Deporte, y el grupo federal del PSOE. A pesar de una promesa inicial hecha en otro sentido, el CSD había mantenido en sus presupuestos una dotación importante de millones destinado a federaciones deportivas para que estas crearan patrimonio propio, cuestión a la que siempre se opuso el PSOE como partido. Por otra parte, el capítulo de nombramientos realizados por Romà Cuyàs es otro factor de divergencias. Entre 29 cargos posibles, Cuyàs sólo ha cubierto ocho y de estos sólo uno es militante del PSOE.

Jesús Hermida ideó en 1982 un plan trienal de instalaciones deportivas que pretendía dotar a todas las federaciones de un patrimonio propio con dinero público. El plan, ideado sobre la marcha, cogió por sorpresa a la federación, muchas de las cuales hubieron de improvisar proyectos de instalaciones para no perder la oportunidad que se les concedía. Independientemente de que la medida, por la forma en que fue adoptada, significaba un claro despilfarro, esta fue rápidamente contestada por el entonces partido en la oposición como una fórmula sin precedentes mediante la cual se dotaban de patrimonio a instituciones privadas con el dinero del Estado. Romà Cuyàs prometió acabar con el citado plan trienal. Sin embargo, es el Grupo Parlamentario Socialista quien obliga al CSD a retirarlo, a través de una enmienda parlamentaria, lo que constituye la primera representación formal de las desavenencias entre PSOE y Romà Cuyàs en materia deportiva.La enmienda plantea detraer del capítulo 6, artículo 78/781, y denominado "subvenciones a federaciones, organismos y otras instituciones para la construcción de instalaciones y equipamientos" la cantidad de 1.900 millones de pesetas, para incluirla en el capítulo de inversiones reales, que adquiere un monto de 2.850 millones. La motivación que expone el grupo parlamentario es que "la ejecución de las inversiones para instalaciones deportivas debe corresponder al CSD por tratarse de una inversión para instalaciones de uso público y no privado que además cuente con las garantías de una planificación adecuada para las mismas en función de las necesidades reales de la población". El plan trienal de Jesús Hermida, que parecía tener su continuidad con Romà Cuyàs, pretendía que inversiones realizadas con dinero público fuesen gestionadas por entidades privadas con destino al fomento de sus ingresos propios.

El presupuesto diseñado por el CSD no ha constituido ninguna sorpresa con relación a años anteriores. Además de la contradicción señalada, y que obliga a los socialistas a realizar una enmienda, hay otras cuestiones que también fueron objeto, en su día, de críticas e incluso preguntas parlamentarias. Es el caso de la dotación que se destina al Comité Olímpico Español (650 millones) y que sigue también las mismas directrices de lo realizado por Jesús Hermida, quien subió este presupuesto de casi 50 millones a 600.

Este incremento, fuertemente criticado por el PSOE en su momento, no recibe ninguna enmienda en los nuevos presupuestos. Éstos, entre otras cosas, olvidan toda dotación presupuestaria al INEF de Granada, creado ya, y siguen ofreciendo la misma cantidad de años anteriores (15 millones) al Instituto de Ciencias de la Educación Física y del Deporte, institución aún no creada.

Capítulo de nombramientos

Aparte de la cuestión presupuestaria, que no ha recibido mayores enmiendas para no hacer demasiado ostentosa la ruptura que existe entre partido y Administración en el aspecto deportivo, es el capítulo de nombramientos el que ha estado a punto de provocar alguna dimisión. Romà Cuyàs no atendió promesas iniciales de nombramientos de personas relacionadas con el partido y ha practicado una política "dilatoria", según un miembro del grupo federal de deportes. Así, de 29 posibles cargos para designar por el presidente del CSD, sólo se han cubierto ocho, de los cuales sólo uno es miembro del PSOE. Alguno de los 21 cargos vacantes estaban considerados como de gran importancia.Romà Cuyàs sólo cubrió con prontitud, a la semana de tomar posesión, el cargo de director general de Deportes (Daniel Romero, el día 22-XII-82). Celso Nores, secretario general, cargo cuya desaparición se anunció inicialmente, (15-II-83) y Francisco Guillán (22-II-83), jefe del gabinete técnico, fueron nombrados con posterioridad y completan el capítulo de altos cargos. Luciano Fructuoso (jefe de Prensa), Fernando Pastor (inspector de federaciones), Miguel Ángel Gutiérrez (subdirector general de planificación) y Miguel Sánchez Alarcón (subdirector general de servicios), son los últimos cargos cubiertos.

Quedan por nombrar dos subdirecciones, los dos cargos principales del Comité Superior de Disciplina Deportiva (presidente y secretario), cuatro de la Mutualidad General Deportiva (dos consejeros, el director y el inspector general), ocho del Instituto de Ciencias de la Educación Física y cinco asesores técnicos.

Esta política de nombramientos fue la que motivó las primeras suspicacias entre miembros del partido y Romà Cuyàs. Éste prometió que algunos miembros del partido pasarían a desempeñar funciones en el Consejo Superior de Deportes, hecho que nunca se produjo. Posteriormente, las relaciones se enquistaron con motivo del nombramiento de presidente y secretario del Comité Superior de Disciplina Deportiva.

Romà Cuyàs ha mantenido de forma interina a sus anteriores ocupantes, mientras que el PSOE le propuso el nombramiento como presidente de Gregorio Peces Barba del Brío, padre del actual presidente de las Cortes, propuesta que de momento no ha sido considerada por el secretario de Estado para el Deporte a pesar de que hace cinco meses que se produjo.

El PSOE entiende que el Comité de Disciplina Deportiva es un organismo que hay que cambiar totalmente, para introducir elementos de justicia y democracia en el deporte. Romà Cuyàs, sin embargo, no parece contestar la actividad desempeñada por este organismo en años anteriores, según declaró en alguna ocasión. Por último, el descontento entre quienes forman parte del grupo federal de deportes ha llevado a algunos de sus miembros a negarse a colaborar con Romà Cuyàs.

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