El PNV obtendrá la alcaldía de Bilbao por falta de acuerdo del resto de los partidos
En vísperas de la designación de los nuevos alcaldes, todo parece indicar que la corporación bilbaína, principal incógnita pendiente en el País Vasco, será presidida por el candidato nacionalista, José Luis Robles, ante la falta de acuerdo entre los partidos que podrían apoyar la otra alternativa posible, representada por el candidato del PSOE, José Luis Ibáñez.Probablemente, dicho desenlace no será modificado por los emplazamientos de última hora realizados por el propio Ibáñez a los concejales de Euskadiko Ezkerra y la coalición de derechas para concluir "no un pacto político o de programa", que sería imposible, pero sí un "acuerdo sobre la democratización del funcionamiento de la corporación" que el candidato socialista se compromete a garantizar sí las dos fuerzas citadas prestasen apoyo a su candidatura.
El planteamiento de Ibáñez -que fue relevado de disciplina partidaria por el PSOE para facilitar acuerdos con otros concejales sin comprometer directamente a su partido- podría resumirse así: la clave de la desastrosa gestión de la corporación que ha presidido Castañares ha residido en la ausencia de talante y criterios democráticos del grupo nacionalista en el Ayuntamiento.
Los ciudadanos no han dado mayoría suficiente a ningún partido, pero una mayoría de votantes, desde distintas opciones, se ha pronunciado contra el continuismo representado por Robles. Puesto que un acuerdo político entre fuerzas tan heterogéneas como AP, EE y PSOE sería imposible, se trataría de lograr un acuerdo limitado al apoyo a su candidatura a cambio de un compromiso personal suyo, avalado por su trayectoria en la corporación desde el año 1979, sobre funcionamiento interno del Ayuntamiento, con puntos como el compromiso a realizar un reglamento de plenos -iniciativa a la que siempre se opuso el PNV-, garantía de los derechos de cada grupo, presencia equilibrada en las comisiones, neutralidad del alcalde, etcétera.
El cabeza de lista de Euskadiko Ezkerra, Jon Nikolás, con quien se entrevistó Ibáñez el pasado fin de semana, respondió ayer públicamente a la oferta del candidato socialista en una conferencia de prensa, en la que rechazó aquélla en base a los siguientes argumentos: un alcalde con apoyos tan heterogéneos y contradictorios estaría totalmente mediatizado y se encontraría indefenso ante la previsible negativa de los corporativos de AP a apoyar las iniciativas progresistas más urgentes en relación a participación ciudadana, barrios, cultura popular, etcétera; no es coherente decir que no se trata de un pacto político, sino de una situación de emergencia particular y excluir sectariamente a Herri Batasuna; un acuerdo coyuntural como el propuesto sólo tendría sentido si sirve para agrupar a las fuerzas de izquierda, mayoritarias en votos, para plantear una real alternativa a la gestión del PNV.
Por lo demás, según Jon Nikolás, lo importante no es el nombre del alcalde, sino la posibilidad de asentar una política unitaria de la izquierda como la ya esbozada desde 1979.
Herri Batasuna ha aplazado un pronunciamiento definitivo hasta después de las asambleas de base que se celebrarán el próximo fin de semana, pero sus dirigentes han adelantado que probablemente se abstendrán e incluso, en algunos casos, que preferirían dar su voto al PNV antes que a los socialistas.
Jon Nikolás finalizó su intervención de ayer emplazando a la coalición abertzale radical -cuya mesa nacional se reúne hoy- a romper el actual círculo vicioso adelantando su posición favorable a un pacto de izquierdas que obligase al PSOE a modificar su planteamiento actual de exclusión de HB.
Por su parte, la coalición de derecha AP-PDP-UL informó ayer que sólo está dispuesta a votar a sus propios candidatos, debido a la imposibilidad de acuerdos con otras fuerzas políticas vascas.
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