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Viaje al Papa a Polonia: venció la línea de la presidencia

Juan Arias

En las difíciles negociaciones para la preparación del segundo viaje de Juan Pablo II a Polonia, programado ya oficialmente para el 16 de junio próximo, ha vencido la línea diplomática Glemp-Jaruzelski, es decir, la línea de la prudencia. A pesar de todo, a Moscú le preocupa mucho este viaje. Ayer misirno, uno de los corresponsales soviéticos acreditados en Roma indagaba secretamente en los meandros del Vaticano sobre esta peregrinación del papa Wojtyla con gran preocupación.El periodista se preguntaba sobre los motivos de la vuelta de Glemp al Vaticano. En su opinión, lo que más preocupa en la Unión Soviética es la actitud que el Papa pueda tener con Lech Walesa y con el sindicato Solidaridad. Afirmó que para Rusia sería un gesto muy importante que Juan Pablo II en Polonia, no recibiera a Walesa. Existía también preocupación por el agujero que existe en el programa del viaje. El último día, el jueves 23 de junio, hasta las 4.30 horas de la tarde, hora de despedida del Papa en el aeropuerto de Cracovia, no hay ningún acto programado. Y todos se preguntaban qué pensaba hacer el Papa todo ese día. Pero ayer, una agencia católica italiana ha descifrado el miste rio. El Papa irá con un grupo de amigos a una excursión privada a los montes Tetra, para él tan familiares, ya que fueron durante su juventud meta de muchas de sus excursiones. Allí, en el campo, comerá al aire libre, bajo los pinos, con viejos y nuevos amigos. ¿Se llevará a Walesa?

En realidad, el primado Glemp, junto con los obispos de las diócesis que el Papa va a visitar, ha venido estos días a Roma, no para estudiar cosas que el Papa deberá hacer, pues éstas ya están todas bien atadas y programadas; ha venido para discutir lo más delicado del viaje, es,decir, lo que el Papa va a decir.

En parte del episcopado existe preocupación sobre los discursos papales, esta vez escritos todos por él y que, como se sabe, siendo el polaco su lengua nativa, puede después improvisar sobre la marcha. Al Gobierno le hubiera gustado conocer antes estos textos, pero, lógicamente, en esto el papa Wojtyla no ha cedido.

La consigna es no crear mayores tensiones de las que ya existen. Y parece ser que el Papa les ha tranquilizado. La línea es que sea la Iglesia la verdadera y única interlocutora válida y oficial con el régimen, no otras instituciones, como, por ejemplo, Solidaridad.

En este sentido, por lo que se refiere a Walesa, lo importante no es que el Papa dé un abrazo o le invite a comer en privado, sino que que tenga con él gestos públicos espectaculares o que hable sobre él elogiosamente ante la muchedumbre. En el Vaticano se asegura que el Papa no lo hará. "Pero, una vez allí", se preguntaba el periodista ruso, "¿se resistirá Karol Wojtyla a callarse" y a no nombrar al líder carismático del disuelto sindicato?

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