_
_
_
_
Crítica:VISTO / OÍDO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Oro de barrio

Exactamente así imaginaba yo una de esas televisiones libres; más o menos piratas, rabiosamente locales, de ámbito y vocación suburbial, como La edad de oro que inauguró Paloma Chamorro el martes por la Segunda. Una alegre y zumbante confusión de amiguetes del barrio que se intercambian sonidos, gestos, maquillajes, guiños de acera, parlas esquineras, aventuras surgidas en el disco-bar favorito. Todo muy puro, contado con desparpajo cotidiano, confundiendo provocadoramente la historia vecinal con la universal.Confieso que fue uno de los programas más ricos en información callejera que he logrado atrapar en los últimos tiempos. Hasta ' el martes lo ignoraba todo de la gran revolución que implicó Kaka de Luxe en la cultura juvenil española; y por lo visto, no sólo en la revolución musical, sino también en la literaria y la plástica. El grupo homenajeado por Paloma Chamorro fue, a lo que parece, el origen de Alaska y los Pegamoides, Modes y Radio Futura; y también de un puñado de irreductibles fanzines de los que, hasta la fecha, lo admito avergonzado, no tenía la menor noticia. Y no es que no me interese el asunto marginal, es que no conozco ese concreto barrio madrileño que fue el escenario sagrado de los primeros y último! estertores de Kaka de Luxe. Bochorno cultural que comparto -es mi consuelo- con el resto de los españoles que no vivimos en Madrid. Incluso que comparto con la nada desdeñable población madrileña que no suele frecuentar esa mítica zona de rastro y oro donde se produjo el acontecimiento celebrado con tanto fervor historiográfico.

Lo sospechoso es que los antiguos miembros del grupo fundacional no compartían precisamente el entusiasmo histórico y ruidoso de la divertida Paloma Chamorro. Aquellos muchachos de los pelos cromáticos, las crestas de guerra, las letras y las indumentarias altamente subversivas, decían e insistían que apenas habían sido escuchados en su tiempo por una minoría de colegas, que la famosa experiencia de Kaka se limitó a ser un tardío eco periférico de Sex Pistols y compañía, que entonces ni siquiera sabían manipular los instrumentos electrizantes. Y pronunciaban estas humildades con acento franciscano y desde una encantadora sensatez tan insólita en la pequeña pantalla, que en eso mismo consistió el verdadero espectáculo de la noche en que la plúmbea y pedagógica televisión pública se disfrazó de ligera emisión pirata de barrio malasañero.

Ahora, a esperar que le toque el turno a todos los suburbios duros y dorados de España en donde, también desde la nada, se formaron efímeros grupos de imitación punk y los hijos apócrifos de David Bowie editaban fanzines tan iguales a los mostrados el martes pasado en el programa. Entonces, habrá que. felicitar sinceramente a Paloma Chamorro, por su espléndida piratería televisiva. Excepto que se trate de televisión pirata de un solo barrio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_