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Actividad política tras las elecciones municipales y autonómicas

Presiones de AP para que el presidente de Cantabria se integre en el partido de Fraga

El actual presidente de la Diputación Regional de Cantabria, José Antonio Rodríguez Martínez, número uno de la lista de la coalición AP-PDP-UL, vencedora en los pasados comicios regionales, ha recibido importantes presiones para que abandone su actual independencia y se integre en uno de los partidos que forman la coalición. Los requerimientos más insistentes provienen, al parecer, de AP, cuyo líder, Manuel Fraga, mantuvo la semana pasada una larga conversación telefónica con el jefe del Ejecutivo cántabro, de la cual no ha trascendido el contenido.Un primer aviso en torno a las dificultades a las que deberá hacer frente Rodríguez Martínez para acceder a la presidencia del Gobierno cántabro por un nuevo período legislativo lo dio el pasado fin de semana el consejero adjunto a la presidencia y hombre de confianza del presidente, José Ramón Sainz Fernández, quien al explicar las razones que le habían llevado a presentar su dimisión, aprovechó para afirmar que la coalición de derechas vencedora en las elecciones pasadas tiene "escasa capacidad parlamentaria", precisando que, además, se encuentra inmersa en un proceso de reestructuración de imprevisibles consecuencias.

Las dificultades de Rodríguez Martínez no son tantas, sin embargo, para acceder a la presidencia -aunque un sector de AP no se recate en afirmar públicamente que "las elecciones las ha ganado AP y tiene que ser un hombre de este partido el que gobierne"- y para la formación de un Gobierno que satisfaga a los tres partidos, y principalmente a AP y PDP, que integran la Coalición Popular junto a la Unión Liberal.

Esta necesidad de repartir cargos en un difícil trabajo de encaje quedó evidenciada en la formación de la lista al Parlamento regional, controvertida hasta el último momento.

Otro de los defectos que desde algunos sectores de la propia coalición se achaca al grupo de diputados regionales electos por la coalición es el de su condición de "perdedores", dado que, al configurarse la candidatura, la confianza en la victoria en los comicios regionales en el seno de la coalición AP-PDP-UL era prácticamente inexistente.

La escasa presencia en la candidatura de autonomistas de primera hora, con la excepción del senador del PDP Ambrosio Calzada, es otro factor que plantea serias dudas en torno a la política que se seguirá desde el futuro Gobierno.

Sainz Fernández, ya virtual ex consejero, fue más allá, al afirmar, en relación con la crisis del Gobierno cántabro del pasado mes de marzo, que se saldó con la salida de tres consejeros, que entre algunos de los miembros que entraron entonces en el Ejecutivo y él "ha existido un alejamiento y unas diferencias claras en cuanto a la visión autonomista". La referencia parece clara al actual consejero de Obras Públicas y Urbanismo, Francisco Ignacio de Cáceres, hasta hace escasas fechas dirigente de la asociación Cantabria en Castilla, y que muy posiblemente sustituya a Sainz Fernández en la Consejería adjunta en el próximo Gobierno.

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