Weinberger advierte a Moscú y Siria que EE UU tomará represalias ante cualquier ataque contra Líbano o Israel
La inminente firma de un acuerdo entre Israel y Líbano ha tomado abiertamente el aire de un nuevo episodio de la lucha de influencia que libran Moscú y Washington en Oriente Próximo tras la confirmación, por parte de las autoridades sirias, de que no suscribirán nunca tal acuerdo, aprobado ayer por unanimidad por el Gobierno libanés. Caspar Weinherger, secretario norteamericano de Defensa, ha advertido a la URSS y a Siria que cualquier ataque contra Israel o Líbano hará que Estados Unidos tome las represalias apropiadas para evitar que "los agresores saquen ningún provecho" de su operación. Mientras tanto, George Shultz, secretario de Estado, manifiesta que está dispuesto a mediar para que Damasco y Beirut adopten un acuerdo para la retirada siria de Líbano.
A las pocas horas del rechazo categórico del acuerdo líbano-israelí por parte de las más altas autoridades sirias, Caspar Weinberger advertía a Siria de las ventajas de aceptar la retirada de sus tropas de Líbano y de que, en caso de ataque, recibirá la debida respuesta, informa la agencia Efe.En la 77 Reunión del Comité Judío Norteamericano, que se celebra en Nueva York, Weinherger manifestó que el incremento de la presencia soviética en Oriente Próximo hace más difícil llegar a una solución de la crisis libanesa y aumenta los peligros de conflicto directo entre Siria e Israel.
Comentando un informe del referido comité sobre la expansión militar soviética en Oriente Próximo, el secretario de Defensa manifestó que la Administración Reagan está hondamente preocupada por ello. Concretamente por lo que respecta a la presencia soviética en Siria, Weinberger manifiesta que los soviéticos han instalado misiles Sam-5, que cubren el espacio aéreo de Israel, han inundado Siria con nuevo armamento y han enviado al país instructores y tropas. Si todo este despliegue desemboca en una agresión contra Líbano o Israel, Estados Unidos tomará las medidas pertinentes para que los "agresores no extraigan ningún provecho" de su acción, sentenció Weinberger.
Washington es consciente de que el acuerdo líbano-israelí -aprobado ayer unánimemente por el Gobierno libanés, y que será discutido mañana por los parlamentos de ambos países antes de que sea sometido, "en su debido momento", a la firma de los jefes de las delegaciones que negocian una salida a la situación desde el pasado diciembre- será inviable si Siria no acepta retirar sus tropas de Líbano, dado que Israel insiste en condicionar su retirada a la de los sirios.
El problema será tratado en negociaciones bilaterales entre Damasco y Beirut, pero Washington está dispuesto a contribuir a alcanzar este acuerdo, según manifiesta el secretario norteamericano de Estado, George Shultz. Estados; Unidos no pondría reparos a participar en conversaciones directas con Siria para llegar a un acuerdo de retirada de las tropas sirias de Líbano, según la agencia France Presse.
El jefe de la diplomacia norteamericana asegura que el acuerdo entre Israel y Líbano "no es más que un primer paso hacia un acuerdo sobre la retirada de todas las fuerzas extranjeras en Líbano" y se declara convencido de que "todas las partes comprenderán que los peligros de un fracaso del proceso de la retirada de todas las fuerzas extranjeras son más graves que los peligros que pueda conllevar la puesta en marcha (de este proceso)".
Los países árabes prestarían un flaco servicio al pueblo palestino si ponen obstáculos a las negociaciones de paz en Oriente Próximo, según Shultz. "El pueblo palestino no puede esperar a hacer valer sus derechos legítimos o sus justas aspiraciones más que a través de un proceso negociado".
Yasir Arafat, presidente del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y comandante en jefe de las fuerzas palestinas, inspeccionó el viernes a las fuerzas libanesas destacadas en el libanés valle de la Bekaa.
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