_
_
_
_
La reactivación de la economía mundial

El franco francés vuelve a dar signos de debilidad en los mercados

Resucitan las acusaciones contra EE UU

El debate monetario replanteado por el presidente de la República francesa, François Mitterrand, con motivo de la reciente reunión de los ministros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), sitúa en el plano internacional las prioridades que defenderá Francia en la cumbre que dentro de tres semanas escasas celebrarán los siete grandes países industrializados en Williamsburg. En Francia la mediocre acogida a la proposición de Mitterrand, consistente en crear un nuevo sistema monetario internacional, revigoriza otra vez las tesis de quienes, en el seno de la mayoría de izquierdas, son partidarios de que el franco francés abandone el sistema monetario europeo (SME). La divisa francesa vuelve a dar signos de debilidad en los mercados.

Más información
Los 'diez' intentan desbloquear la 'cumbre' europea

Mitterrand, días pasados, aprovechando la reunión de los 24 países de la OCDE, propuso la reunión de una conferencia monetaria para fundamentar un nuevo sistema monetario internacional que reemplazaría al sistema de monedas flotantes actual, forzado por la supresión del de Bretton Woods hace una docena de años, cuando se suprimió la convertibilidad en oro del dólar. Desde entonces, las tres monedas-pivote de los intercambios internacionales son el yen japonés, el ecu (o unidad de cuenta europea) comunitario y, sobre todo, el dólar americano.Según las tesis de Mitterrand, el ascenso constante del valor del dólar es excesivo respecto al de las demás monedas, y esto debido a una política artificial de altos tipos de interés del dinero. Como consecuencia, las elucubraciones incontrolables del dólar americano en los mercados de cambios desbaratan el comercio entre los países industrializados y entre estos últimos y los del Tercer Mundo. Mitterrand estima que ha llegado el momento de regular las fluctuaciones monetarias por medio de ese sistema internacional, que él preconiza.

Los americanos no piensan así. Para ellos la cotización creciente del dólar es consecuencia de las leyes del mercado y no del desorden monetario. Para las autoridades de Washington el valor de una divisa no se decreta, sino que es establecido por la relación de fuerzas económicas entre los países. Y, en segundo lugar, que la manera de yugular la inflación. realmente consiste en someterse a la ley de la oferta y la demanda.

En resumen, para Mitterrand, si se quiere vencer la crisis económica actual, hay que empezar por controlar las monedas. Sólo esto, en su opinión, permitiría el restablecimiento normal del comercio entre los países ricos y, a su vez, ayudaría a los pobres a planear su desarrollo. Los americanos, por el contrarío, creen en las Virtudes del comercio, pero a partir de políticas económicas sanas que supriman la inflación para empezar.

El planteamiento de este debate monetario, acogido con educación o con escepticismo por los europeos y rechazado por los amencanos, coincide con las vísperas de la cumbre de Williamsburg (EE UU), donde los siete grandes países industrializados celebrarán a finales de este mes su reunión anual. Los americanos, en vez de centrar la temática de las conversaciones en las variaciones del dólar y en la reactivación convertida de las economías, quieren profundizar sus tesis sobre las virtudes del comercio mundial sin trabas como barreno de la crisis.

Mitterrand se ha situado en su terreno con la proposición de un sistema monetario que, a largo plazo, nadie rechaza, pero que no se considera de actualidad. El hecho de que Francia hoy sufra de la hipoteca que supone una deuda exterior de 400.000 millones de francos, le resta fuerza a su actitud.

Nueva fase en Francia

Mitterrand sabía de antemano que su iniciativa, de momento, no pasaría de ser el alimento de un debate monetario ya antiguo. Son las razones de la política interior francesa las que también explican que el presidente haya escogido la ocasión que le proporcionó la cumbre de la OCDE para preparar a la opinión, nacional e internacional, ante una posible nueva fase de la estrategia económica francesa. En efecto, la poca incidencia práctica de la intervención presidencial ha servido para que reincidan en sus teorías los socialistas y comunistas, que no creen en la política económica actual y no esperan más que su fracaso para iniciar una etapa de proteccionismo que empezaría por el abandono del franco del SME.

Si el plan de austeridad realizado por el ministro de Finanzas, Jacques Delors, no alcanza sus objetivos (reducción de la inflación al 8% y del comercio exterior a 45.000 millones de francos), los comunistas y la fracción más extremista del partido socialista (PS) atacarían de nuevo para íniponer una política de voluntaris mo económico y.nacionalismo en la que la fuerza del Estado primaría respecto a la que hoy se funda en una Francia europea, moderna, abierta a la competencia.

La poca fe de una fracción de la mayoría gobernante de izquierdas en su propio plan económiéo, además del mediocre entorno internacional, son las razones por las que el franco francés, vuelve a inspirar la desconfianza de los medíos financieros internacionales.

Las consecuencias mecánicas de la última devaluación del pasado mes de marzo parecen haberse agotado ya. Durante la semana última, el dólar, el marco, el franco suizo, el florín holandés, volvieron a alcanzar cotizaciones record.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_