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El PSOE andaluz frena su fuerza en votos, pero gana poder político

El resultado de las elecciones municipales en Andalucía ha tenido la extraña virtud de dejar contentos a todos. El PSOE ha sufrido un frenazo en lo que se refiere a voto, pero ha aumentado notablemente su poder político, con dominio en todas las diputaciones provinciales y todas las capitales, salvo Córdoba. AP ha hecho notables progresos y el PSA asegura haber frenado su caída. Unos toman como punto de referencia las pasadas municipales y otros las generales, según más les conviene. En cualquier caso, queda claro que el PSOE ratifica su poderoso dominio en Andalucía con dos baches notables: Córdoba y Jerez.Córdoba es, sin duda, la espina clavada que le queda al PSOE, que si hace un año anunció aquí, en Andalucía, su enorme crecimiento, ahora ha convertido su fuerza de voto en un poder político importante. Son siete alcaldías en otras tantas capitales de provincia andaluzas, más las ocho diputaciones de la comunidad autónoma, más un dominio general por todos los rincones de Andalucía. Pero los triunfos quedan algo empañados por el fracaso de Córdoba, la gran apuesta de los socialistas en esta campaña. No es sólo que no se haya ganado tras el paso por aquella ciudad de Tierno, Guerra y Escuredo. Es que allí el PSOE ha sido la tercera fuerza, con sólo cuatro concejales, por seis de AP y diecisiete del PCA.

El otro flanco débil del PSOE ha sido Jerez, el gran bastión del PSA. Allí Pedro Pacheco ha pasado de ocho a dieciséis concejales. Jerez es una ciudad de primera importancia, pero en este caso el PSOE no se considera fracasado por la sencilla razón de que allí no apostó por la victoria ni invirtió un capital político, como en Córdoba. Pacheco es tan fuerte en Jerez que nadie le discutió su fuerza, y quién sabe si para el futuro el proyecto del PSOE es absorberle para sus filas, ya que en su ciudad es, hoy por hoy, imbatible. Por el momento, el PSA, que no ha sacado concejal alguno en Sevilla, quizá a causa de la prudente retirada de Luis Uruñuela, que bien habría podido arañar cuatro concejales en la capital. El PSA se consuela con una ligera recuperación del voto respecto a las elecciones del 28-O y las victorias en Jerez y en Écija. Pese a todo, su futuro es dificil de predecir, porque si en lugar de comparar sus resultados de ahora con los de aquella fecha lo hace con los de las pasadas municipales, el balance es descorazonador.

Por último, el PCA se complace en su salto del 6% del pasado 28-O al 14,7% en estas elecciones, y con su victoria en Córdoba, realmente espectacular, y que ha sorprendido a los más optimistas. La impresión es que ha frenado su caída y que inicia su recuperación. Por lo que respecta a otra de las incógnitas de estas elecciones, la del posible avance de la CUT y de las restantes fuerzas que representan el movimiento jornalero, los resultados no permiten anticipar cuál será el futuro político de estas inquietantes comarcas. El PSOE ha hecho un notable esfuerzo, bien retribuido en muchas ocasiones, por controlar estas zonas, pero la partida no está resuelta a favor de unos ni otros. Victorias socialistas en Motril, Lebrija o Villamartín quedan a un lado de la balanza, pero no hay que olvidar que la CUT ha ganado en otros puntos.

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