El Plan Electrónico e Informático español entrará en vigor el próximo año

El ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, anunció ayer, en conferencia de prensa, que el Plan Electrónico Nacional, cuya elaboración se encuentra muy avanzada, será debatido por las Cortes el próximo otoño. Estas afirmaciones se realizaron en el acto de presentación oficial del documento Directrices para la elaboración de un Plan Electrónico Nacional, informe encargado por la anterior Administración a una comisión de expertos del sector y que constituye el análisis más amplio realizado hasta ahora sobre la situación y perspectivas de la industria electrónica en España.

Carlos Solchaga explicó que los estudios previos a la redacción del plan se iniciaron a primeros de año y han contado con las conclusiones del equipo de trabajo que ha redactado el documento Directrices para la elaboración de un Plan Electrónico Nacional, en cuya redacción definitiva han participado también representantes de la actual Administración.El equipo de trabajo lo presidía José Angel Sánchez Asiaín, presidente del Banco de Bilbao, y lo formaban destacadas personalidades del mundo de la electrónica, tanto del sector privado como del sector público, así como representantes del mundo de la cultura, que estuvieron presentes ayer en el acto oficial e entrega del documento al Gobierno. Solchaga, tras destacar la importancia del documento como "referencia inexcusable" para cualquier planificación del sector electrónico e informático, hizo hincapié también en el significado de la comisión plural que lo había elaborado, que abre en nuestro país un camino similar al que representan las Comisiones Regias en el Reino Unido, y que simbólicamente puede ser un estupendo precedente de cara a la política de concertación que se propone el Gobierno en distintos sectores.

José Ángel Sánchez Asiaín, que fue el encargado de entregar al ministro el documento, dijo que, "por encima de cualquier otra consideración, España tiene que tener en cuenta que su desarrollo pasa por la electrónica". "No basta con reconocer la importancia de la electrónica", añadió, "sino que es precisa una acción pública comprometida, teniendo en cuenta que se trata de una tarea viable que España aún está a tiempo de emprender".

El presidente del Banco de Bilbao explicó que hay que poner el acento en el valor de la microelectrónica e impulsar, por tanto, el sector de los componentes electrónicos. "Si ello no se hace", aseguró, "España, en los años noventa, puede tener una dependencia tan grande a este respecto como la que ahora tiene en materia energética".

Sánchez Asiaín afirmó que la banca es consciente del futuro del sector electrónico, y que aunque no estaba en aquel acto como representante del sector, intuía que la banca jugaría de nuevo un papel de primera línea en la reindustrialización del país. Contribuyendo así, como ya había hecho otras veces a lo largo de la historia, con el resto de las fuerzas sociales, al desarrollo de España en la electrónica o en cualquier otro sector de futuro. No obstante, apuntó la necesidad de que previamente el Gobierno despeje determinadas incógnitas e incertidumbres y tome decisiones y acciones que hagan viable este esfuerzo del sector financiero.

Por su parte, Carlos Solchaga, ministro de Industria y Energía, dijo que es necesario llevar a cabo una política que suponga "más dinero para los sectores de futuro y más rigor para los sectores en crisis". "Hay que liberar recursos que ahora están en actividades poco rentables, con el objeto de trasladarlos hacia actividades que tienen un gran porvenir", añadió.

El ministro señaló que aún es prematuro saber cuánto dinero costará la puesta en marcha del Plan Electrónico Nacional, aunque adelantó que se espera una consignación para él en los Presupuestos generales de 1984 y en los planes financieros de Telefónica y la División de Electrónica del Instituto Nacional de Industria (INI). Solchaga, consciente del importante papel de la demanda del sector público para potenciar el sector electrónico, expresó la intención del Gobierno de impulsar al máximo la coordinación en las compras de los distintos departamentos y de racionalizar los contratos del Estado, aunque sea parcialmente para 1984, a la espera de la aprobación de una nueva ley definitiva sobre este tema.

Entre sus recomendaciones figura la planificación a cuatro años y con horizonte móvil de las compras del sector público considerando las posibilidades de la oferta nacional y la necesidad de llevar a cabo la máxima colaboración con ella.