Representantes de los países industrializados buscan nuevas vías para salir de la crisis económica
Los países industrializados renuevan hoy en París sus esfuerzos para lograr lo que ha resultado ser una meta imposible en los últimos años: dibujar una estrategia válida común que les permita salir, rápida y duraderamente, de la crisis económica. Pero, contrariamente a años anteriores, los ministros responsables de las carteras técnicas y económicas de las naciones occidentales comienzan a hablar de nuevas vías, distintas al keinesianismo clásico y al nuevo monetarismo, para resolver los problemas de inflación, desempleo y estancamiento económico.
El primero de esos esfuerzos será la reunión de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que se prolongará durante dos jornadas a partir de hoy en la capital francesa. Como es costumbre, este encuentro de los ministros de Asuntos Exteriores y Finanzas de los 24 países miembros se ha visto precedido por la reunión de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que este año ha ofrecido la novedad de centrar sus debates en la previsible dependencia de Europa del gas natural siberiano, una vez que entre en funcionamiento el gasoducto eurosoviético en 1985.Una propuesta española para reducir esa vulnerabilidad europea del gas siberiano, mediante la construcción de un segundo gasoducto por el sur de Europa que permita el aprovechamiento de las enormes reservas de hidrocarburos gaseosos que existen en el continente africano, se convirtió ayer en la cenicienta de la reunión de la AlE, que previsiblemente creará en el curso de los próximos meses dos grupos de trabajo para analizar, antes de la próxima reunión anual, la viabilidad técnica y financiera del proyecto.
El ministro español de Industria y Energía, Carlos Solchaga, expuso ayer sus propuestas a los ministros de los 21 países miembros de la AIE en la sesión plenaria, después de haber hecho otro tanto, en contactos bilaterales, a los responsables energéticos de Francia, Estados Unidos y la República Federal de Alemania. Hoy está previsto que el director ejecutivo de la AlE, Ulf Laritzke, recoja la idea española en la conferencia de prensa que tiene anunciada para esta mañana. Otro tanto hizo ayer el secretario norteamericano de la Energía, Donald Uodel.
Política económica
A la reunión de la OCDE, centrada en cuestiones de análisis de coyuntura y elaboración de política económica, asisten, por parte española, los ministros de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, así como el secretario de Planificación, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Los ministros encontrarán en sus portafolios dos informes confidenciales, elaborados por los técnicos de la organización, que han pretendido dibujar las medidas económicas que permitirían a los países miembros una salida duradera de la crisis económica y un relanzamiento del comercio mundial.Estos estudios, que figurarán también en la reunión cumbre de Willianisburg (Virginia) de las siete potencias occidentales a finales de mayo, contemplan la posibilidad de que las naciones industrializadas emprendan un nuevo camino para resolver sus problemas económicos mediante la adopción de políticas que, olvidándose del monetarismo puro y del keinesianismo clásico, persigan una estimulación equilibrada de sus economías.
La recomendación de los grupos de trabajo de la OCDE no deja de tener un elevado grado de incertidumbre, ya que a renglón seguido reitera la necesidad de vigilar la inflación y reducir los riesgos sociales del desempleo, metas casi antagónicas. En resumen, los técnicos tratan de encontrar nuevos mecanismos que no respondan exactamente a las dos principales doctrinas económicas que se disputan la ortodoxia para salir de la crisis. Lo incongruente de esa postura es que los expertos no se muestran muy de acuerdo sobre el funcionamiento práctico de esta tercera vía, aunque sí coinciden en que su principal objetivo es alcanzar tasas aceptables de crecimiento, aunque sean nominales, sin caer en el recrudecimiento de la inflación.
Los planificadores de la OCDE no tienen aún nombre definido para esta estrategia, que trata de combinar fórmulas que son quizá válidas para algunos países, pero que pueden ser perjudiciales para otros. Los diferenciales de inflación existentes entre unas naciones y otras, y el hecho de que algunas economías ni siquiera se hayan ajustado a las dos últimas crisis del petróleo, impedirán que algunos ministros consideren seriamente estas recomendaciones de la secretaría general de la OCDE.
No obstante, existe un hecho innegable: en algunas economías se ha alcanzado el límite al que puede llegar una política monetarista restrictiva, y existe el riesgo de que estos países pierdan la ocasión histórica, una vez controlada la inflación, de relanzar sus economías por la senda del sano crecimiento. Del lado contrario existen algunas naciones que, con el paro a la cabeza de sus prioridades, se coman las tasas nominales de crecimiento que están alcanzando con políticas expansivas como consecuencia del crecimiento desmesurado de los precios que provocan.
Resultados aceptables
A este respecto, los técnicos del departamento de estadística y planificación de la OCDE han dibujado un panorama muy diferente para los 24 países del área. En algunas naciones, la tasa de inflación ha descendido, por vez primera en muchos años, a unos niveles que recuerdan los felices sesenta, es decir, apenas un 2,6% para las siete economías más importantes del área. Asimismo, sus tasas de crecimiento han alcanzado o pueden alcanzar un 2% a finales de 1983, tasa evidentemente modesta, pero muy importante frente al crecimiento nulo (2%. negativo) en 1982.Algunos países, como Estados Unidos y quizá la RFA, incluso superan ampliamente esa tasa de crecimiento, y podrían alcanzar el 3,5%. a finales de año, pese a que la Administración Reagan ha alertado sobre el peligro de lanzar antes de tiempo las campanas al vuelo. Hasta muy recientemente, los planificadores de Washington habían estimado que su economía podría crecer hasta un 5%. en 1983.
Precisamente porque la mayoría de los paises de la OCDE, entre ellos España, continúa sin estabilizar sus economías, las recomendaciones para abrazar políticas de mayor estímulo se han convertido en el centro de las discusiones de los grupos de trabajo que han preparado la sesión ministerial de hoy y mañana. La amenaza de 35 millones de personas en paro a finales del año en el área de la OCDE, que podrían llegar a 40 millones cuando termine 1984, es el principal argumento de aquellos países que apoyan remedios más audaces para un conjunto de economías que están fuertemente entrelazadas. Algunos países, con Francia a la cabeza, desean que Estados Unidos se olvide de sus precauciones antiinflacionistas y recupere la función histórica de locomotora, lo que permitiría a las economías europeas lanzarse: por la senda de la recuperación.
Para ello, los países europeos exigen que Estados Unidos levante paulatinamente los obstáculos que impiden una recuperación acompasada de toda la economía mundial. La fortaleza del dólar, derivada de unos diferenciales de los tipos de crédito bastante elevados entre los distintos países, junto a la existencia de un fuerte déficit público, cuya financiación resta recursos a la recuperación, son los puntos más importantes que se espera sean aireados; por los europeos.
El fantasma del proteccionismo, otro frente de preocupación de los países, de la OCDE que será analizado con más detalle en la cumbre de Williamsburg, se refiere al proteccionismo que existe en el comercio mundial y a la exigencia norteamericana de limitar el cornercio con los países del Este. En la primera cuestión, un informe confidencial de la OCDE recomienda a los países miembros que abracen una política de estímulo del comercio con las naciones en desarrollo, especialmente porque estos países necesitan recursos para pagar sus crecientes deudas con las instituciones de crédito occidentales.
El problema del proteccionismo será objeto de un estudio más detallado en la conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que se celebrará del 6 al 30 de junio en Belgrado (Yugoslavia). Occidente comparte la preocupación del Tercer Mundo para salir de una situación aún más desesperada y, a través del informe de la OCDE citado, no descarta una apertura paulatina de las fronteras que permita la entrada de productos baratos del Tercer Mundo. En caso contrario, el círculo vicioso existente se mantendría y conduciría a los países del Tercer Mundo a una situación de bancarrota.
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