La CEE se encuentra al borde de la asfixia presupuestaria

La Comunidad Económica Europea (CEE) está ya, según los servicios de la Comisión Europea, en estado de asfixia presupuestaria, y de no remediarse la situación, ésta se presentará aún más negra en 1984. Sus recursos se agotarán en 1983, lo que forzara al fin un debate ineludible sobre el aumento de los llamados recursos propios, sin el cual el proceso de integración de España en la CEE se verá imposibilitado. En este sentido, las noticias de la asfixia europea son buenas para España.

La filtración de estos datos se ha producido, con dudosa casualidad, cuando la Comisión Europea, órgano ejecutivo y burocrático de la CEE, está discutiendo su proyecto para el aumento de estos recursos, que será hecho público mañana y transmitido a los diez. El mensaje de la filtración es, sin embargo, claro: ha llegado la hora de la verdad en que es necesario superar las reticencias fundamentales del Reino Unido y de la República Federal de Alemania (RFA).El gasto agrícola ha aumentado en un 35% en el primer trimestre de 1983 sobre el mismo período de 1982, y se calcula que esta partida se llevará 16.000 millones de ECU (unidad de cuenta europea, equivalente a 126 pesetas) de los 24.600 millones de ECU del presupuesto total. Con ello, y por vez primera, la CEE tendrá un déficit de 300 millones de ECU.

Los recursos propios provienen de los prelevement agrícolas y de los derechos aduaneros -en un 30%- y de una parte del IVA (impuesto sobre el valor añadido) -en un 70%-, siempre que no supere el techo de un 1% de este impuesto. Y se ha superado. Las perspectivas son aún más sombrías para 1984, según La Lettre Europeenne, publicación especializada. Las propuestas de la Comisión para este presupuesto han de quedar decididas el 9 de mayo. Se prevé un déficit de 1.200 millones de ECU.

Sin dinero, el Parlamento Europeo no podrá librar su tradicional batalla para aumentar las partidas destinadas a políticas regionales, sociales energéticas, que podrían ser sacrificadas por la CEE-

Francia e Italia están a la cabeza de esta batalla para aumentar los recursos propios de la CEE. El Reino Unido es el que más se resiste, esgrimiendo su contencioso: paga más de lo que recibe. Y la RFA quiere reducir el gasto agrícola. Dada la situación, los jefes de Estado y de Gobierno, que se reunirán el 6 de junio en Stuttgart para la cumbre europea, no podrán eludir más este tema.