Pertini convocará hoy, probablemente, nuevas elecciones anticipadas en Italia

El presidente italiano Sandro Pertini llamará hoy al Quirinal con toda probabilidad a los presidentes de las dos cámaras del Parlamento para anunciarles su decisión de disolver anticipadamente la octava legislatura de la República y convocar nuevas elecciones. Los socialistas se presentan en esta ocasión como una fuerza autónoma capaz de plantar cara a los dos grandes partidos, democristiano y comunista, que se han venido repartiendo la mayor parte del pastel electoral en las últimas décadas.Mientras tanto, hierven las reuniones políticas para preparar una campaña electoral que será la más breve de la historia política de este país, pero también una de las más significativas.

Por primera vez, la confrontación fundamental no será entre los dos grandes partidos que en los últimos casi 40 años se han repartido la mayoría del electorado, es decir, la Democracia Cristiana y el Partido Comunista Italiano. Esta vez, un tercer partido se presenta como una fuerza nueva autónoma y no como satélite de la Democracia Cristiana: el Partido Socialista Italiano, que en los últimos años ha reorganizado sus filas bajo la febril actividad de su secretario, Bettino Craxi, y de su jovencísimo brazo derecho, Claudio Martelli.

Al estilo español

Los socialistas están preparando una plataforma programática para presentarse a los electores un poco al estilo español, para cambiar la política bloqueada de este país. Para ello necesitarían pasar desde el actual 9,6% de las últimas elecciones parlamentarías hasta un 15%, lo cual les daría ya una fuerza mayor para pedir la presidencia del Gobierno en la novena legislatura.Los comunistas, después de las consultas con Pertini, han afirmado, por boca del secretario general, Enrico Berlinguer, que la campaña electoral será particularmente importante, porque por primera vez los partidos se presentan a los electores teniendo que confesar la derrota de la llamada política de las alianzas. Por ello, dijo Berlinguer, se van a pedir votos para crear las premisas de una verdadera alternativa progresista capaz de desbloquear la parálisis gubernamental en la que vive desde hace tantos años este país, el único de Europa en el que no ha habido un recambio de alianzas en los últimos 40 años.

Una incógnita de estas elecciones la constituye el Partido Radical, que en las últimas consultas políticas se había revelado como una fuerza nueva llena de brío, inconformista y joven. Los radicales, que están atravesando una profunda crisis de identidad, no han decidido aún si presentarse a las elecciones o pedir a sus electores y al país un voto nulo de protesta contra la parálisis de la actual clase política.