El 'contrapoder' de la Generalitat

En los 27 municipios de la Corporación Metropolitana de Barcelona se concentra más de la mitad de la población de Cataluña, concretamente tres millones cien mil habitantes de los casi seis millones de catalanes censados. Por ello, en la provincia de Barcelona, y más aún en la capital, se centra la gran batalla de estas elecciones para romper la hegemonía de la izquierda conseguida en 1979 (socialistas y comunistas obtuvieron 22 de los 27 alcaldes del área metropolitana) que se tradujo también en su hegemonía en la Diputación y en la Corporación Metropolitana.La derecha, representada en estas elecciones por Convergéncia i Unió (GU) y Alianza Popular (AP), ha multiplicado sus esfuerzos para tratar de conseguir la alcaldía barcelonesa, hoy en manos de los socialistas en cogobierno con los comunistas. La campaña está sobrepasando los límites de una campaña municipal, porque las elecciones en Barcelona representan también un test de las próximas elecciones autonómicas que se celebraran dentro de un año. La alcaldía barcelonesa, además, es el contrapoder de la Generalitat y un trampolín político magnífico. CiU y AP, con sus candidatos Ramón Trias Fargas y Alexandre Pedrás, pretenden recuperar los votos de los centristas y de aquéllos que estén descontentos con la gestión municipal. Sin embargo, las encuestas afirman que los, barceloneses están conformes con la gestión realizada por los socialistas, encabezados esta vez por Pascual Maragall, después de la marcha de Narcís Serra al Ministerio de Defensa. La derrota comunista del 28-0, aunque se prevé una cierta recuperación -la lista está encabezada por el diputado Jordi Solé Tura-, hacen soñff a la derecha (CiU y AP) que la alcaldía de Barcelona no es un imposible.

Tras la gran mancha del área barcelonesa, queda un segundo arco compuesto por poblaciones medianas tales como Vilanova o Vic, en donde CiU está dispuesta a conseguir a toda costa la victoria para romper, al menos, con el cerco mágico de la izquierda en el cinturón.