_
_
_
_
Cinco millones de personas, demanda potencial de la planificación familiar / 1

Las dos terceras partes de las parejas españolas utilizan métodos de anticoncepción inadecuados

Cuando el Gobierno decidió hace unos meses poner en marcha la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, las autoridades sanitarias afirmaron que la Administración iba a potenciar la información y el acceso de toda la población a los distintos medios anticonceptivos como medida clave para evitar el mal mayor, el aborto. Actualmente, la poca anticoncepción científica que se hace en España está en manos de ginecólogos privados o de los centros de planificación familiar que han surgido en los últimos años, patrocinados por ayuntamientos y asociaciones, los cuales son claramente insuficientes para cubrir la demanda creciente de estos servicios.

El único hombre que se encontraba en la charla de planificación acompañando a su mujer tuvo mala suerte: precisamente ese jueves le tocó al centro de Vicálvaro la visita de unos fotógrafos del Ayuntamiento, que con sus cámaras podían dar testimonio, quién sabe dónde, de su presencia allí, rodeado de mujeres. Él, en principio, se negó a salir en las fotos y durante todo el tiempo se mantuvo un poco encogido en el fondo de la sala, arrepintiéndose, quizá, de haber venido, de haberse dejado convencer con el argumento de que "la planificación es cosa de los dos".Mientras, una docena de mujeres seguían atentamente las explicaciones sobre el trayecto que recorre un espermatozoide hasta hacer diana en un óvulo, y las mil y una maneras que hay de evitar que eso ocurra.

Al contrario de lo que después veríamos en otra visita al centro de planificación del Distrito Centro (donde la mayoría de las mujeres asistentes a una charla similar ya usaban algún método moderno: píldora, DIU, etcétera, y acudían al centro para llevar un mejor control de ese método), en Vicálvaro predominan claramente las mujeres que nunca han utilizado otro sistema anticonceptivo que el coitus interruptus.

"Yo tengo 43 años y cuatro hijos", dice Isabel, "y la verdad es que no quiero tener más. Por eso, en cuanto me enteré de que había este centro, me he decidido a venir".

-¿Pero usted no utiliza ningún método?

-La retirada sólo.

-¿Y le parece que es malo?

-Antes, no; pero el último hijo, que sólo tiene once meses, ha sido por un fallo, y ya no quiero tener más.

A Isabel se le nota contrariada cuando la monitora insiste en que la píldora no es aconsejable para mujeres mayores de 40 años y que el DIU no es seguro al ciento por ciento.

Se interesa entonces por las soluciones definitivas que hagan imposible sorpresas como la de su último hijo: "Cuánto cuesta esterilizarse, dónde lo hacen; qué riesgos tiene".

María Jesús, la monitora, le explica que lo más fácil de hacer y lo más barato, unas 15.000 pesetas, es la esterilización masculina (vasectomía), la cual, al contrario que la ligadura de trompas en la mujer que cuesta unas 50.000 pesetas, no necesita hospitalización. Recalca también que no afecta para nada al deseo sexual de los hombres.

Pocos hombres se planifican

Sin embargo, siendo esto cierto, son todavía muy pocos los hombres que se someten en nuestro país a este tipo de intervención. "A pesar de ser más barata y fácil", afirma la doctora Isabel Serrano ginecóloga del centro de planificación del Distrito Centro, "yo sólo me he encontrado cinco hombres que me la hayan demandado, y creo que es porque no se sabe de qué va.Estoy segura, continua la doctora, de que en cuanto algunos hombres se la empiecen a hacer vendrá detrás la fila de amigos y conocidos que lo han oído y quieren también hacérsela. Pero la verdad es que aún no hemos roto el hielo Nosotros, cuando vemos que puede ser una buena solución, le decimos a la mujer que lo hable con su marido y vea cómo responde éste y en caso de que lo encuentre accesible, que se pasen los dos a hablar con nosotros. Ocurre que la mayo ría nos viene diciendo que no, que su marido ni pensarlo".

La desinformación cuenta en este terreno con un firme aliado: el machismo.

Son todavía demasiados los hombres que piensan y actúan como si la anticoncepción fuera cosa de mujeres, y en casos menos extraños que el de ese señor con 45 años y media docena de hijos también se prefiere que sea la mujer la que pase por el trago de la esterilización.

-Mi marido es un tío muy machista; le dices que use un preservativo y te dice que ¡naranjas!

-¿Le has propuesto que viniese a la charla?

-Sí, y me ha dicho que venga yo.

Es Cristina, rubia, oronda y locuaz; 22 años, dos hijos, dos partos problemáticos: uno, con cesárea, y otro, con fórceps; el primero, a los 18 años, estando soltera: "Yo era todavía una niña y no tenía idea de métodos anticonceptivos" . El otro, fruto de la marcha atrás, "que es una verdadera porquería", mientras esperaba que en planificación de La Paz le atendieran. "A raíz de tener el segundo me apunté a una sociedad médica sólo para que me recetaran las pastillas". Ahora viene al centro de planificación: quiere que le controlen porque piensa que los dolores de cabeza que tiene se los provoca la píldora.

Dirigirse a la Seguridad Social, tarea inútil

Son muy pocas las mujeres que declaran que a su marido o a su pareja no le importa cargar con el muerto de la anticoncepción.Sin ser tan rotundas como Cristina, la mayoría señalan que "los hombres son muy cómodos". y que una gran parte no quiere saber nada: "De ciento, uno se preocupa". Y una madre soltera declara con cierto resentimiento: "Si no quieres quedarte embarazada tienes que procurarlo tú".

Lo que ocurre es que en España, para muchas mujeres, resulta todavía difícil procurarse un medio anticonceptivo seguro.

Cuando una mujer se entera de que hay mejores métodos para no tener hijos que la azarosa y universal marcha atrás, y no cuenta con ningún ginecólogo privado que la atienda, suele dirigirse en primera instancia a su médico de la Seguridad Social. Tarea inútil en las más de las ocasiones, porque la Seguridad Social no realiza anticoncepción en sus ambulatorios, y son, por tanto, excepcionales las mujeres que consiguen anticonceptivos (nunca DIU o métodos de barrera) a través de su cartilla del Seguro.

En este sentido, la queja de las mujeres entrevistadas es unánime: "En el Seguro se han desentendido de ello".

Ana, en el centro de Vicálvaro, cuenta su historia particular -tópica, pero no por eso menos ilustrativa-: "Yo, cuando tuve la primera hija, fui a la Seguridad Social a pedir algún método. Me mandaron a planificación a La Paz y allí no me hicieron ni caso. Total, que por un fallo de la marcha atrás he tenido la segunda.

Precisamente estando en la maternidad me enteré de la existencia de estos centros y he venido aquí porque ya no quiero tener más hijos".

Los proyectos del Gobierno

Según los proyectos de este Gobierno, la Seguridad Social va a incorporar en pocos meses en sus consultas la planificación familiar. Una buena noticia en principio, pero que puede quedar ensombrecida por el modo en que se pretende realizar esta incorporación: el plan que tiene el ministerio no contempla la contratación de más ginecólogos, sino que aspira a, cubrir los nuevos servicios con la plantilla actual, a la que se le propondría ampliar su horario de dos a seis horas" aumentándoles, lógicamente, el sueldo.Sin embargo, se cuenta con que sólo el 20% de los médicos acepten la propuesta. "Mi impresión", afirma la doctora Serrano, "es que con estos planes va para largo el que la Seguridad Social cubra la demanda de anticoncepción que existe en España".

Métodos tradicionales

Y, en este sentido, las cifras cantan: según datos que nos facilita el Ayuntamiento de Madrid, existen en nuestro país del orden de cinco millones de mujeres / parejas que se plantearían la anticoncepción, de los cuales sólo un 5% / 6% son atendidos en los centros de planificación familiar.En lo que se refiere al empleo de los diferentes métodos, se estima que el 51% de las mujeres casadas de nuestro país usan algún método anticonceptivo, aunque sólo una tercera parte utiliza métodos considerados fiables: preservativos, píldora, DIU, espermicidas y diafragma.

El resto -es decir, dos terceras partes- utiliza los métodos tradicionales, mucho más inseguros que los anteriores: coitus interruptus, abstención periódica, lavados vaginales, etcétera. Por último, un pequeño porcentaje (casi exclusivamente de mujeres) ha recurrido a la esterilización.

Los candidatos potenciales a recibir información y asistencia sobre anticoncepción por parte de la Seguridad Social se cuentan, pues, por millones, y ello nos hace insistir en la dificultad de encarar tan ingente tarea (que toda la población tenga acceso real a los métodos anticonceptivos) con tan exiguos medios como pretende el ministerio. Porque lo que los técnicos tienen claro es que hacer planificación no es despachar recetas de píldoras, sino que exige algo más; fundamentalmente, personal y tiempo.

Los centros municipales, por ejemplo, dedican media hora a cada mujer que acude por primera vez a la consulta para hacer su historia¡ médico y hablar sobre el método más idóneo para ella. "Nosotros no estamos interesados en ofrecer unos servicios en cantidad, sino en calidad", dice José Alfredo de Juan, delegado de Sanidad del Ayuntamiento de Madrid. "Por ello no hacemos publicidad masiva de los centros, ya que nos desbordaría la demanda, y para cubrir las necesidades de la ciudad harían falta no uno, sino 10 centros por distrito".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_