Los socialistas italianos retiran su apoyo al Gobierno Fanfani

El Partido Socialista Italiano (PSI) tomó ayer una decisión muy grave en la reunión de su comité central en Roma. El secretario general Bettino Craxi en su ponencia de apertura, anunció que su partido consideraba acabada la experiencia del Gobierno actual, que preside el democristiano Amintore Fanfani, y que, por tanto, los socialistas le retiraban su apoyo parlamentario. Se entra así en la tercera crisis gubernamental en el espacio de ocho meses.

Craxi ha pedido al mismo tiempo elecciones anticipadas; concretamente desea que se hagan en junio próximo, junto con las municipales parciales, ya previstas para esa fecha.Y puesto que el mayor escollo para poder celebrar elecciones generales anticipadas es precisamente el presidente de la República, el socialista Sandro Pertini, que siempre se ha declarado públicamente contrario a disolver el Parlamento, el líder socialista le ha hecho una petición un tanto oblicua: "Estoy seguro de que el jefe del Estado decidirá, con la sabiduría que le es connatural, guiado por su profunda sensibilidad hacia todas las exigencias del sistema democrático".

Craxi ha hecho notar que no abre la crisis contra el Gobierno de Fanfani, para el que ha tenido palabras de gran elogio y del que ha enumerado las conquistas que ha hecho en sus pocos meses de vida. Craxi provoca la crisis porque piensa que la situación política general "está degenerando".

El líder socialista ha subrayado que su partido, en estos últimos años, durante esta octava legislatura, han pagado un precio muy alto para asegurar la gobernabilidad de Italia, pero que aparecen signos cada vez más claros de que existe toda una serie de fuerzas, incluso económicas, que empujan a la Democracia Cristiana "hacia la derecha" y hacia un nuevo "centrismo".

Acerca de este punto, los socialistas piensan que lo mejor es presentarse al juicio de los electores. En el fondo, ha dicho Craxi, unas elecciones anticipadas no son nada dramático; son, más bien, "un baño de democracia", durante las cuales "todos y cada uno se deben enfrentar con sus propias responsabilidades".

Frialdad de la DC

La Democracia Cristiana ha reaccionado secamente contra la formulación de Craxi: "Si los socialistas no han encontrado nada que reprochar al Gobierno Fanfani, no entiendo por qué salen de él", ha sido la respuesta lacónica de Ciriaco de Mita, secretario general de la Democracia Cristiana.Los observadores piensan que los socialistas han querido provocar la crisis para ir a las urnas en un momento que ellos consideran muy favorable; sobre todo porque están a la puerta las elecciones en Portugal y las municipales españolas, de las que esperan nuevos triunfos socialistas, que podrían influir positivamente en las elecciones italianas.

Y, motivo fundamental, porque los socialistas no quieren dejar más tiempo a la Democracia Cristiana para que reconstruya un partido que hace sólo un año se daba por liquidado y que hoy da señales de nueva vitalidad con la inyección de entusiasmo que le está dando la secretaría de De Mita.

Cierto que son grandes la apuesta y el desafío para los socialistas, que han querido dar este paso sólo algunas horas después de que el periódico Corriere della Sera publicara el resultado de un sondeo en el que se revela que el 81% de los italianos es contrario a las elecciones.