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ELECCIONES DEL 8 DE MAYO / MADRID

La escasa participación ciudadana, el mayor fracaso de la gestión de la izquierda

Alcalá de Henares no es una ciudad-dormitorio más, a pesar de que por su desaforado incremento de población y la falta de equipamientos colectivos presente rasgos de semejanza con los pueblos del cinturón industrial de Madrid. A Alcalá le salva su importante patrimonio artístico y cultural, su fisonomía de ciudad asentada, con una trama urbana y social que permanece, a pesar del expolio y la especulación de las dos últimas décadas, y la existencia de numerosas entidades de todo tipo, que han intervenido con mayor o menor intensidad en la vida ciudadana, práctica que se amplió, con el proceso de industrialización, al movimiento obrero y vecinal. Ocho candidaturas se disputan los puestos enel ayuntamiento.

Alcalá contaba a principios de siglo con unos 13.000 habitantes, una clase media acomodada, orgullosa de su rico pasado histórico y cultural, y unida, por encima de las adscripciones ideológicas, en la vieja aspiración de recuperar su rango de ciudad universitaria, sede de numerosas asociaciones culturales, con una poderosa presencia de la Iglesia. En los años sesenta y setenta sufre un tremendo proceso de aluvión de inmigrantes, principalmente andaluces, extremeños y procedentes de los pueblos cercanos de Madrid y Guadalajara. Crecimiento de población que marcha acompañado de un fuerte auge industrial.La primera gran empresa que se instala en Alcalá es la de Roca Radiadores, en 1955, y le siguen inmediatamente otras muchas, de las que cinco superan los 1.000 trabajadores. Existe una fuerte presencia del sector de industrias químicas, que da trabajo a mucha mano de obra femenina. El crecimiento de población no va acompañado, sin embargo, de los equipamientos colectivos correspondientes. Una ciudad que hace meses presentó tímidamente ciertas aspiraciones a ser sede del Gobierno autónomo, no contaba, en 1979 y con una población superior a las 130.000 personas, con colegios suficientes; padecía todos los veranos fuertes restricciones en el abastecimiento de agua, la situación de la asistencia sanitaria era caótica y menudeaban los fallecimientos en accidentes automovilísticos, a causa del paso de la carretera N-II, Madrid-Barcelona, por el centro de la población.

Con un casco urbano declarado conjunto histórico-artístico en 1968, Alcalá se rige urbanísticamente por unas Normas Subsidiarias desfasadas que eran un campo abonado a la especulación. El primer Plan General de Ordenación Urbana de su historia está todavía pendiente de aprobación, aunque parece inminente. Antes de la constitución del primer Ayuntamiento democrático, el presupuesto municipal ordinario no superaba los 500 millones de pesetas y el presupuesto de inversiones era casi inexistente. Los vecinos se quejaban de que la Administra ción central apenas recuerda la que fuera principal sede universitaria de España, excepto a la hora de elegirla para ubicar nuevas cárceles, una de ellas calificada de alta seguridad.

Estos rasgos explican una de las características de Alcalá de Henares, la de ser una ciudad viva, muy politizada, con un movimiento obrero y un movimiento ciudadano fuertes y organizados. En 1979 la izquierda acaparó 20 de las 27 concejalías en juego y hubo ba rrios, como el de El Chorrillo o el de Reyes Ciatólicos, en el que sus votos sumaron el 90%. El hecho tuvo reflejo en el acceso de un par tido extraparlamentario, la Organización Revolucionaria de Tra bajdores (ORT), a la sala capitular, con dos concejales. Por el extremo contario, Alcalá también ha sido escenario de virulentas acciones de la extrema derecha, incluido un atentado, que a punto estuvo de costarle la vida al primer alcalde democrático, Carlos Valenzuela. Los votantes podrán elegir el 8 de mayo entre ocho opciones diferentes: PSOE, PCE, AP-PDP-UL, Centro Democrático y Social (CDS), Movimiento de Izquierda de Alcalá (MIA), IA (Independientes de Alcalá) y CLP (Coalición de Lucha Popular).

Arsenio Lope Huerta, actual alcalde, que encabeza la candidatura del PSOE, parece tener todas las probabilidades para seguir ocupando elsillón. Descendiente de una de las familias más antiguas de la localidad, nieto de un antiguo alcalde, gran conocedor de la vida local y autor de varios libros sobre el tema, a los votos socialistas unirá, previsiblemente, los de un sector numéricamente importante de alcalaínos rancios, para los que su condición de hijo del pueblo priva sobre cualquier otra consideración.

Un balance discutido

Lope Huerta y los portavoces de los otros dos grupos políticos de izquierdas se manifiestan satisbechos, con diversos matices, del rendimiento de la corporación democrática. Los grandes temas están resueltos o en vías de resolución. La construcción de la presa de Beleña y del desdoblamiento de la conducción de agua ha asegurado el abastecimiento, la amplia red de colectores en construcción perimitirá acabar con los problemas de contaminación de aguas residuales de los ríos Torote, Henares y arroyo de Camarmillas, las obras de la carretera de circunvalación, están ya adjudicadas, el Hospital Comarcal en fase adelantada de construcción.

Paralelamente, el Ayuntamiento ha potenciado de recuperación de las fiestas populares, la creación de zonas verdes, la asistencia sanitaria a nivel primario, y ha conse guido que, en el tema educativo, la proporción se invierta: si en 1979 el 60% de los puestos escolares estaban en manos de la iniciativa privada, ahora la relación se ha invertido y el porcentaje citado corresponde a la escuela pública. Las escuálidas arcas municipales han crecido hasta los 3.200 millones de presupuesto, ordinario y de inversiones, del año 1982.

Uno de los logros más importantes citados por el alcalde-candidato es el de haber convertido al Ayuntamiento en un ente dinámico, que considera de su incumbencia los problemas que afectan a los ciudadanos, al margen de tener o no competencias legales. Darle un protagonismo institucional, adoptar posiciones públicas en temas sociales y políticos que trascienden a Alcalá, conseguir que los vecinos acudan a las oficinas municipales, potenciar su papel de interlocutor válido y con autoridad frente a la administración central, poniéndose incluso a la cabeza de manifestaciones, como sucedió en dos ocasiones en las que se reivindicaba el inicio de las obras del hospital, han sido funciones que han prestigiado a la administración municipal.

Inhibición municipal en problemas graves

La teoría no siempre ha ido pareja con la práctica. Los vecinos del polígono Puerta de Madrid han denunciado con acritud la inhibición municipal a la hora de solucionar graves problemas sanitarios en el barrio, con la excusa, cierta por otra parte, de que las obras debían correr a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Los barrios cercanos al Cuartel de Sementales del Ejército no han sido escuchados en su petición de trasladar las instalaciones y dedicar el terreno a parque público. Las supuestas prácticas de clientelismo político del PSOE a la hora de contratar trabajadores municipales fue motivo de polémica durante muchos meses.

Incluso Arsenio Lope Huerta reconoce que el gran fallo de la corporación actual ha sido el no saber buscar nuevas fórmulas de participación ciudadana. Las seis juntas de distrito creadas no llegaron a funcionar de forma mínimamente aceptable. En estos cuatro años ha desaparecido una de las asociaciones de vecinos más importantes, la de San Isidro. Una prueba del descontento de las asociaciones en que los presidentes de otras dos de ellas, Manuel Fernández, por la de Reyes Católicos, y Antonio Cezón, por la del barrio Venecia, figuran en la candidatura del MIA, que ha hecho del tema de la participación uno de sus principales caballos de batalla.

Sin embargo, y según las palabras de Lope Huerta, Alcalá sólo será una ciudad completa cuando sus habitantes estén integrados, en la práctica, en su desarrollo, gestión y conservación. Hasta ahora se han hecho experiencias pilotos, a base de facilitar material y ayuda técnica a los vecinos y dejar en sus manos la realización y mántenimiento de pequeñas zonas ajardinadas, aceras, y actividades de similar entidad.

La escasa participación ciudadana, el mayor fracaso de la gestión de la izquierda

"En suma", afirmó el alcalde, "cuatro años pasan antes de lo que parece. Hemos atendido los grandes proyectos pero nos ha faltado tiempo para ocuparnos de otras muchas cosas, de menor entidad, pero más visibles para la gente. Se puede decir que están puestos los cimientos y que en los próximos cuatro terminaremos el edificio. Pienso que el PSOE obtendrá mejores resultados que en l979".Jesús Pajares, concejal comunista y primero de la lista por el PCE, califica la gestión global como positiva, y apunta la falta de una reorganización en profundidad en los servicios municipales y la escasa participación ciudadana como los grandes fracasos de la gestión, que ellos compartieron directamente con los socialistas.

El paro masivo, principal problema

Para Luis Suárez, cabeza de candidatura del MIA, que ha cumplido el papel de acosador del gobierno municipal desde posiciones de izquierda, el Ayuntamiento ha tenido una actuación demasiado moderada en varios aspectos que repercutirían en la calidad de vida del pueblo, y cita el paro -Alcalá tiene 10.000 parados, más del 20% de su población activa-, como problema principal. Señala también como aspectos negativos el incremento excesivo de gastos de personal, la mala gestión recaudatoria, que ha supuesto la existencia de más de 600 millones incobrados, y la política financiera, en la que se han solicitado créditos en condiciones desventajosas, a corto plazo y con intereses altos.

La opinión del grupo de concejales de UCD es mucho más drástica, y puede resumirse de la siguiente forma, en palabras de la concejala Adela Sanz: "La izquiercidaperiasí ha hecho nada, sobre todo teniendo en cuenta los medios económicos de que: ha dispuesto. La mayoría de las obras de las que se vanaglorian son proyectos encarrilados por la corporación anterior, y socialistas y comunistas se han limitado a inaugurarlos. Su actitud hacia nuestro grupo, que como oposición tenía el deber de controlar la gestión de la mayoría, ha sido de un obstruccionismo incríble. Las decisiones se han tomado a puerta cerrada; nos han impedido acceder a los documentos municipales y ni siquiera hemos tenido un despacho para reunirnos o una secretaria para redactar propuestas".

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