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Rumasa estaba en situación de quiebra económica antes de la expropiación, según los nuevos administradores

Por primera vez, los nuevos administradores de Rumasa creen haber comprobado, con la contabilidad real de sus predecesores, que el holding estaba desde hace tiempo en quiebra económica y que la situación era ocultada. Sin contar las empresas activas o no instrumentales que se han descubierto tras la expropiación, estiman que el grupo tenía el 31 de diciembre pasado un déficit patrimonial neto próximo a los 200.000 millones de pesetas.

Estos números rojos, diferencia entre el origen de los recursos que manejaba (capital, reservas y deudas) y la valoración de su destino (participaciones en tres centenares de empresas, edificios y otras inversiones), fueron entregados ayer tarde al consejo de administración, que se siente así en condiciones de afrontar una estrategia de actuación más concreta.Los datos, presentados ayer al director general de Patrimonio del Estado, Javier del Moral, presidente del citado consejo, son todavía provisionales, según fuentes informadas. No sólo por excluir a las empresas de la Rumasa sumergida, sino por basarse en la contabilidad real que manejaban los ex propietarios al terminar el año pasado y que, en principio, está sometida a todo tipo de cautelas hasta que Arthur Andersen y otras empresas de auditoría externa no terminen su trabajo de comprobación de balances, en septiembre próximo.

De todas formas, los administradores nombrados por el Gobierno consideran que el margen de error puede ser mínimo (en torno al 5%). Al mismo tiempo, aunque se incluye al menos un 90% del grupo, la situación patrimonial de unas empresas de la línea B se compensará en parte con la de otras. Tampoco incluye las empresas del exterior, donde el Estado no tiene a estas alturas posesión ni en muchos casos control. Sin embargo, una de las principales aportaciones del reciente hallazgo de documentos por parte de la policía es que los nuevos administradores tienen ya en su poder la contabilidad de las mismas, lo que les facilitará los proyectos de dominio. A este respecto, el consejo de administración fue informado ayer de una inminente reclamación civil en los tribunales británicos contra Ruiz-Mateos.

Además de tener por primera vez el balance consolidado del grupo Rumasa y de poder proceder a reelaborar su estrategia a partir del mismo, los administradores del holding se muestran en condiciones de responder con datos fundados a las acusaciones de medios próximos a Ruiz-Mateos, en el sentido de que su valor neto antes de la expropiación era de unos 300.000 millones de pesetas. Y mantienen que pueden hacerlo incluso con la contabilidad que encontraron.

Irregularidades contables

En efecto, el primer balance consolidado del grupo no se aleja excesivamente en sus resultados de las sospechas existentes entre los nuevos administradores a las pocas semanas de tomar posesión. Ricardo Bolufer y Juan Barrio detectaron entonces presuntas irregularidades en los asientos. El director general de Patrimonio les encargó profundizar en los datos a 31 de diciembre, como paso previo al examen de la situación el 23 de febrero, en la que debe basarse el procedimiento para la fíjación de justiprecio.Al parecer, el balance de Rumasa, por el que se llegó a repartir dividendos de 130 millones de pesetas entre los accionistas (José María, con el 50%, y sus cinco hermanos, con el resto), estaba constituido por media docena de pequeñas partidas y otra de 538.171 millones de pesetas en el activo, procedente de la incorporación al holding del valor de sus participaciones en las empresas. Estos valores estaban colocados en función de lo que los ex propietarios consideraban conveniente, Pues ellos mismos hicieron el 31 de diciembre ajustes extracontables por unos 370.000 millones de pesetas.

La labor de comprobación de los nuevos administradores ha consistido en sustituir dicho total por la confrontación de los activos y pasivos -es decir, recursos e inversiones- de cada empresa consolidada, para colocar el resultado en lugar del valor de las inversiones financieras del grupo. Y creen haber confirmado así que los ajustes extracontables trataban de ocultar la situación.

Estos ajustes se centran en tres partidas. En primer lugar, 300.000 millones de pesetas de sobrevaloración de las participaciones, que los propios ex administradores atribuían en los ajustes extracontables al fondo de comercio o valor del simple nombre de cada empresa. En el otro lado del balance, el pasivo, 3.000 millones de pesetas fueron apuntados al capital y 297.000 a reservas.

Asimismo, el añadir al valor de la compra de nuevas participaciones en empresas los intereses bancarios (31.460 millones de pesetas) pagados por el dinero necesario para la adquisición, así como la suma de las pérdidas al coste de la participación a la que correspondían. En tercer lugar, la revalorización de 14.290 millones de pesetas en la participación de Rumasa en Galerías Preciados. Ambas partidas de activo o de inversiones se aproximaban a la cifra de 56.753 millones que aparece en el pasivo dentro de la cuenta de pérdidas y ganancias.

Presentado el libro 'El señor Rumasa'

"El libro El señor Rumasa tiene una virtud significativa: insinuar que Ruiz-Mateos no es la única papelera del capitalismo español y que a su lado pueden aparecer otros personajes muy representativos de la vida de nuestro país", afirmó ayer el director adjunto de EL PAÍS, Augusto Delkader, en la presentación del libro citado, del periodista José María Bernáldez.El libro, editado por Plaza Janés, analiza las relaciones internacionales de Rumasa y su proyección externa, la descripción interna del holding de la abeja, la compra de Galerías Preciados y de Fidecaya, los últimos días de Ruiz-Mateos al frente de su imperio y los acontecimientos inmediatamente posteriores a la expropiación.

José María Bernáldez afirmó tener indicios concretos de las relaciones entre el Opus Dei, Ruiz-Mateos y el Vaticano, en una supuesta trama italiana del holding de la abeja, y constató que del texto se desprenden hipótesis de trabajo a demostrar en una labor posterior. Asimismo explicó que en cuatro ocasiones el Gobierno italiano advirtió al español sobre las posibles irregularidades de Rumasa. Por otra parte, Bernáldez afirmó que en el capítulo de donaciones de Ruiz-Mateos figuran 60 millones de pesetas al Partido Socialista Obrero Español para la campaña autonómica andaluza y entre el 30% y el 40% del total de lo invertido en dicha campaña por Alianza Popular.

En sus relaciones con los socialistas, Ruiz-Mateos intentó desembarcar a Joaquín López Ayuso, antiguo director de la división bancaria de Rumasa, en el PSOE, intentando que fuese nombrado presidente de Renfe.

Augusto Delkader declaró que "el libro de Bernáldez era un poco precipitado, quizá por motivos comerciales, pero plasma en sus líneas muchas insinuaciones de pistas. Además, queda claro el por qué de cómo el poder financiero contó en determinado momento con Ruiz-Mateos y de la noche a la mañana le abandonó, y se quedó sin solidaridad alguna de su clase".

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