Hoy se reanudan en Ginebra las conversaciones afgano-paquistaníes

Hoy se reanudan en Ginebra las conversaciones afgano-paquistaníes sobre el problema de Afganistán. Durante 11 días, el vicesecretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el ecuatoriano Diego Córdovez, tratará, por segunda vez en 10 meses, de poner de acuerdo a los representantes de ambos países.

Nuevamente, los iranies -que también habían sido invitados- permanecerán ausentes de la negociación, en señal de protesta por la ausencia en las conversaciones de la guerrilla musulmana afgana.Hace dos semanas, el secretario general de las Naciones Unidas, el peruano Javier Pérez de Cuéllar, visitó Moscú durante tres días para entre otras cosas, tratar con los soviéticos la cuestión de Afiganistán.

Oficialmente, los soviéticos se consideran al margen del problema, ya que mantienen que los 105.000 soldados de la URSS que están presentes en Afganistán desde diciembre de 1979, lo están, simplemente, obedeciendo el llamamiento hecho por las Iegítimas autoridades de Kabul". Los diarios moscovitas, además, no reconocen que estas fuerzas participen directamente en los combates contra la resistencia, atribuyéndoles exclusivamente funciones de asesoramiento y apoyo logístico.

Moscú se ha limitado, de momento , a respaldar las gestiones realizadas por las Naciones Unidas, cuidando siempre de guardar las apanencias. No obstante, en la conferencia de prensa con la que Pérez de Cuéllar cerró su visita a Moscú, éste se mostró muy optimista sobre el futuro del problema aunque no quiso en ningún momento explicar las causas de su optimismo.

Cambio de programa

Según ha podido saber EL PAIS de fuentes diplomáticas occidentales de Moscú, la delegación de las Naciones Unidas llegó a cambiar su programa para prolongar por un día más las conversaciones con las autoridades del Kremlin. En efecto, Diego Córdovez , que llegó con Pérez de Cuéllar, se marchó un día más tarde de lo previsto para tratar de concluir un borrador sobre las posibles soluciones al conflicto que Moscú estaría dilpuesto a aceptar.En dicho borrador se habrían recogido diversas posibles salidas que no eran descartadas, en principio, por el Kremlin. Una de las posibles soluciones consistía en tratar de encontrar una personalidad no vinculada ni al actual régimen ni a la oposición armada que sirviera de unificador y árbitro de las diversas tendencias.

Según se afirma en Moscú, el optimismo de Pérez de Cuéllar obedecería más bien a la disposición que él creyó adivinar en los soviéticos que a los eventuales efectos prácticos que puedan tener las posibles soluciones apuntadas en el borrador.

Aunque se encontrara la personalidad independiente que unificara y pacificara Afganistán -lo que de por sí es ya bastante difícil-, quedaría aún por ver cómo conciliar los deseos del Kremlin con los de la oposición armada. O, dicho de otra manera, cómo lograr la asimilación de los guerrilleros y refugiádos sin poner en peligro a la vez la revolución afgana, que apoya firmemente la URSS.

Durante los últimos tiempos, la Prénsa soviética ha venido publicando diversas informaciones sobre los buenos resultados que estaría dando la ley de amnistía decretada por Kabul. Según los medios de comunicación de la URSS, buen número de afganos estaría pasándose del lado de las tropas leales al Gobierno después de descubrir que habían sido engañados por las potencias imperialistas.