Pausa fiscal durante un año y pago aplazado de algunos impuestos

La candidatura aliancista para el Ayuntamiento de Madrid empleará en las próximas semanas un reclamo clásico de los partidos de la oposición, que en fecha reciente ha dado buenos resultados a la derecha francesa: el de que no conviene a los intereses ciudadanos que al frente de los municipios se encuentren miembros del mismo partido que ocupa el Gobierno. "No es bueno para la gestión municipal ser una simple correa de trasmisión de los intereses del poder central", dice el prólogo de su programa. Esta tesis se refiere en especial a las cuestiones económicas. AP entiende que un exceso de presión fiscal estatal puede y debe ser compensada con la moderación de los ayuntamientos. A partir de tal planteamiento, que invita a no otorgar de nuevo la confianza a los socialistas -a los que se acusa de multiplicar indiscriminadamente los impuestos- AP y sus compañeros de coalición articulan un plan de medidas concretas que, en su opinión, deben servir para revitalizar la actividad económica en Madrid.De acceder Jorge Verstrynge a la alcaldía madrileña, todos los impuestos municipales se congelarían en su actual nivel, al menos durante un año. Eso sería el conúenzo de lo que se denomina la pausa fiscal. Para los conservadores esta pausa es urgente, ya que la izquierda, para responder al aumento del gasto público, ha incrementado inmoderadamente la presión fiscal, lo que tampoco ha podido evitar una sensible escalada del déficit municipal.

Paralelamente, Alianza Popular y sus compañeros de coalición proponen establecer un sistema de pagos aplazados del impuesto municipal de plusvalías y la supresión de determinadas figuras impositivas, que no se especifican, y a las que se califica de obsoletas.

La disminución de la capacidad recaudatoria del Ayuntamiento de Madrid no impediría a la coalición conservadora, según su programa, la realización de nuevas inversiones públicas y la prestación de nuevos servicios. Según AP, se trata de evitar gastos consuntivos y transferencias antieconómicas, y gastar tan sólo en temas de auténtica rentabilidad social.