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La compra de Banca Catalana por La Caixa ya depende sólo de un acuerdo sobre la cuantía de las ayudas

Xavier Vidal-Folch

Las negociaciones del Fondo de Garantía de Depósitos con la Caja de Pensiones (La Caixa) para la venta a esta entidad de ahorro del paquete mayoritario que ostenta el Fondo) en Banca Catalana y las otras entidades del grupo han llegado a un punto de madurez muy importante. El Consejo de Administración de la entidad de ahorro, reunido ayer, aprobó, en principio, la idea de hacerse cargo del grupo bancario, si las condiciones (fundamentalmente, ayudas oficiales) de la operación son tales que no puedan llegar a poner en peligro a la propia caja.El máximo órgano de la institución aprobó un conjunto de condiciones que, en su opinión, es de indispensable consecución para que la compra del grupo Catalana "pueda abordarse con unas premisas que supongan unas probabilidades de éxito razonablemente seguras", según indica una nota oficial hecha pública al término de la reunión. Según dicha nota, al estudiar la operación, el consejo de la Caixa "ha estudiado atentamente las especiales condiciones que la rodean por cuanto conducen a la consolidación de una institución catalana en su origen y en su vocación". Fuentes de la Administración declararon ayer a este diario su "seria confianza" en que sería posible llegar a un acuerdo.

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Las condiciones de Pensiones, que ha sido invitada por el Fondo a realizar esta operación (ver EL PAIS del 5 de marzo) derivan de un principio básico, o cláusula general de garantía, por el que la Caja de Pensiones está dispuesta a asumir el grupo Catalana (esto es, Banca Catalana, Banco Industrial de Cataluña y Banco Industrial del Mediterráneo, puesto que el Crédito e Inversiones salió anteayer a concurso, y el Fondo está negociando ya paralelamente la venta del Gerona) sólo en el caso de que se den suficientes garantías como para que la solución a este problema no repercuta negativamente en su propia marcha.

La operación, en esquema, consistiría en la adquisición del capital de Banca Catalana que ostenta el Fondo (cerca de 14.000 millones de pesetas). El desembolso inmediato de una tal cantidad generaría una inmediata y drástica reducción en los excedentes de la entidad, buena parte de los cuales se destina a la Obra Social, por lo que Pensiones se propone pedir algún tipo de compensación, directamente y/o a través de la valoración de las acciones que ya posee (un 7% del total, esto es, 1.084 millones de pesetas) como consecuencia de una operación de apoyo al banco formalizada en julio de 1979 y de su posterior concurrencia a la ampliación de capital del pasado diciembre.

Plazos de créditos

La parte sustancial de ayudas solicitadas por la caja para hacerse cargo del grupo Catalana consiste en determinadas variaciones, al alza, de las ayudas que el Fondo de Garantía y el Banco de España le han ofrecido. Así, acepta sin modificaciones los ya tramitados 30.000 millones de pesetas, a diez años y sin interés, procedentes del Fondo. En cuanto a la ayuda financiera que en forma de inyección del Banco de España ya ha recibido Banca Catalana para compensar la erosión de sus recursos de terceros motivada por la larga crisis pública de la entidad, que ha consistido en una aportación crediticia de 120.000 millones en números redondos, con un interés anual del 8% y amortizables al cabo de cinco años, la intención de la entidad de ahorro es pedir una prolongación de este plazo.

La caja pide también que el plazo de cinco años durante los que el grupo bancario goza de la exención de coeficientes obligatorios no acabe súbitamente, sino que se produzca una gradación en la finalización de la misma. Otros dos aspectos son los referidos a los créditos y avales concedidos o renovados por Catalana a su clientela. La intención de la eventual compradora es evaluar exactamente la bondad de los cerca de 11.000 millones de pesetas en préstamos, y 6.000 millones en avales concedidos por el grupo bancario a sus empresas participadas. En cuanto a los aproximadamente 16.000 millones de créditos morosos, que los actuales rectores del grupo reputan recuperables a 10 años vista, los técnicos de la caja mantienen sus dudas y proponen un estudio conjunto para una evaluación más exhaustiva, de forma que si existiese alguna partida insana fuera asumida por el Fondo de Garantía.

Las negociaciones entre el Fondo y la Caixa, que empezaron a finales del mes de febrero, recibieron un espaldarazo público el pasado 21 de marzo, cuando concluía el plazo que se había autoconcedido la autoridad monetaria para concluirlas. En unas declaraciones a El Nuevo Lunes, publicadas en esa fecha, el ministro de Hacienda, Economía y Comercio, Miguel Boyer, afirmó que "en este caso concreto se consideran unas razones de política catalana, que son dignas de estimación; razones que señalan que Cataluña nunca ha tenido una banca potente a pesar de su relevancia económica. Apreciamos esas razones y por consiguiente hemos buscado", recalcó Boyer, "y seguimos buscando una solución catalana, pero empresarial, no político-empresarial".

En caso de que esta operación no llegase a buen puerto, el Fondo sacaría a concurso el grupo bancario, lo que podría desembocar en la la adjudicación del mismo al Banco Exterior o al crédito oficial.

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