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Los recursos por el 23-F

El abogado de Milans del Bosch anuncia que recurrira, si es preciso, ante el Tribunal Constitucional

Una frase del Eclesiastés, el relato del juicio de Orestes en el Olimpo, el juicio y fusilamiento de Diego de León en 1841 y un recuerdo lírico de la campaña de Extremadúra, durante la guerra civil, y especialmente de la toma del pueblo de Fuenteovejuna -"allí estaba como una paloma herida, con sus casas blanqueadas"- sirvieron de introducción al informe del letrado Santiago Segura Ferris, que defendió los intereses del capitán general Jaime Milans del Bosch. Segura Ferris anunció que, si es preciso, recurrirá ante el Tribunal Constitucional, por entender que el artículo del Código de Justicia Militar por el que fue condenado su defendido era anticonstitucional.Rápidamente -"como la punta de una flecha o de una espada"- el letrado repasó y explicó los catorce motivos de presunto quebrantamiento de forma cometidos en la celebración del juicio oral y los otros doce de infracción de ley contenidos en la sentencia. Para este letrado, el hecho de que no hubieran declarado siete de los testigos propuestos por él en el momento del juicio provocaron en su día una interpretación de los hechos ajena a la realidad. Aseguró, en esta línea, que el silencio del gobernador militar de Valencia, del secretario del Rey, y del secretario de Milans, Francisco Lázaro Galindo, entre otros, impidió que se conocieran las amenazas de Comisiones Obreras de sacar las masas a la calle, la licitud de las acciones de Valencia, las conversaciones telefónicas mantenidas con el Rey y las órdenes que fueron acatadas rápidamente.

Para el abogado defensor todos estos silencios fueron "como un círculo de fuego". Aseguró, al analizar las supuestas infracciones de ley, que no había habido rebelión militar, y que todo lo que había realizado Jaime Milans del Bosch lo hizo convencido de que estaba efectuando un servicio al Rey y a la democracia. La actitud del general de división Alfonso Armada así se lo,hizo creer. Segura Ferris inició de esta manera una sistemática acusación contra la actitud del general Armada y contra sus manifestaciones en el consejo de guerra, y que han provocado numerosas fricciones y acusaciones entre los dos militares.

Afirmó el letrado defensor de Milans que "se había castigado con,la pena máxima al general Milans, al que se le consideraba jefe de la rebelión militar, y no es así, ya que el fiscal le había considerado como una de las cabezas colegiadas de la rebelión militar, figura que no cabe en el Ejército, ya que siempre manda el de más antigua graduación". Continuó afirmando que el artículo del Código de Justicia Militar que se había aplicado para condenar a Mílans del Bosch era anticonstitucional, y anunció que recurriría contra este artículo, si fuera preciso, ante el Tribunal Constitucional.

Las palabras de Segura Ferris -pariente del desaparecido cardenal Segura- se cerraron recordando una larga cita de Milans del Bosch, pronunciada en el campamento militar, durante el consejo de guerra, pidiendo que cayera sobre él todo el peso de la Justicia, exculpando a los demás procesados y asegurando que si se repitiera la situación de febrero de 1981, él volvería a actuar de la misma manera.

El letrado Segura Ferris defendió también el recurso del coronel Ibáñez Inglés, centrándolo en el concepto de obediencia debida y en la inaplicación en la que, según él, incurrió la sentencia del Tribunal Militar. Se refirió, casi telegráficamente, a los recursos articulados, ennombre de los capitanes Muñecas y Dusmet, así como al del teniente Carricondo, y dio por reproducidos los motivos que articulaba el escrito del recurso de casación.

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