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La goleta 'ldus de Marzo' cumplió sus objetivos antárticos en las islas Shetland del Sur

La goleta Idus de Marzo llego ayer, a la una de la tarde, hora española, a Punta Arenas (Chile) después de una semana de navegación por los canales de la Tierra del Fuego. Finaliza así la primera expedición española a la Antártida, cuyos objetivos finales de observación y reconocimiento se han llevado a efecto en las islas Shetland del Sur, en el océano Antártico. La dureza de las condiciones climatológicas, los repentinos cambios atmosféricos y sus consecuencias en la navegación, una aproximación a los problemas de infraestructura de las bases científicas y la toma de contacto con la realidad antártica han sido el contenido de una expedición que patrocinó la Asociación España en la Antártida.

El presidente de la asociación, Guillermo Cryns, tras realizar un sondeo entre el cuerpo expedicionario, y a la vista del interés que esta expedición ha despertado en todo el país, manifestó que los objetivos de la asociación se han cumplido en buena parte, ya que "toda España ha estado motivada por una expedición que pretendió por encima de todo poner la realidad antártica desde un punto de vista divulgativo al alcance de los españoles"."Asimismo", continuaba, "el segundo de nuestros objetivos también se ha cumplido. Nuestra presencia efectiva en la Antártida es un hecho que queda reflejado en esa placa instalada en la isla del Rey Jorge, en un lugar que puede calificarse, por otra parte, como muy interesante para la instalación de una posible base antártica científica española, aunque esta no es una medida que competa a la asociación".

En lo que respecta a los resultados concretos de esta primera expedición española, Guillermo Cryns dijo que "las misiones de observación y reconocimiento, que centraron nuestros objetivos a raíz de la suspensión del programa científico previsto por la asociación y el Instituto Español de Oceanografía, se han llevado también a cabo por medio de los expedicionarios embarcados, en representación de organismos científicos españoles, como el Instituto Oceanográfico y el centro regional de investigaciones acuáticas de Asturias, así como la Armada y el Ejército de Tierra. Otros técnicos han estudiado también problemas concretos de infraestructura en la instalación de bases antárticas, en su mantenimiento y en las condiciones de vida. Me hubiera satisfecho profundamente que con esta expedición la asociación pudiera aportar algo a, España desde el punto de vista estrictamente científico. Pero faltó el tiempo para ejecutar el programa.

Condiciones climatológicas

Los violentos temporales de viento y nieve que azotaron a la expedición española durante la primera semana de navegación por las aguas antárticas pusieron de manifiesto la necesidad de contar con un margen muy amplio de tiempo para llevar a cabo un programa científico en el océano Antártico. Joaquín Mariño, biólogo del Instituto Español de Oceanografía, manifestaba a EL PAÍS que "en España planificamos una campaña de 15 días triplicando el tiempo de duración con objeto de cubrir los imponderables atmosféricos. Este sistema de trabajo toma toda su dimensión en la Antártida. Aquí habría que contar con dos meses para asegurarse una campaña de 15 días".Los hielos flotantes y los témpanos exigen una concentración absoluta en la navegación. La seguridad ha sido un objetivo primordial, y la prudencia nunca está de más cuando se avanza en aguas heladas y sin visibilidad alguna. Hemos vuelto todos y con la goleta en perfectas condiciones. Esa era mi misión y la de toda mi tripulación".

De las dos semanas largas en las que los 23 españoles embarcados navegaron por las aguas antárticas, nevó unos 10 días y fueron varios los amaneceres en los que la goleta despertaba cubierta por un espeso manto blanco. Sólo tres días el viento no sopló con fuerza de temporal, y la estancia en la Antártida fue, en este aspecto, una gran experiencia para futuras expediciones.

Las bases antárticas

Aunque el itinerario previsto estuvo sometido a las modificaciones impuestas por el factor meteorológico, la expedición española visitó un total de cinco bases en las islas Shetland del Sur.Con ello, equipos de la expedición pudieron realizar una toma de contacto sobre el terreno con las condiciones de vida en un continente helado donde los hombres son hoy observadores de un sistema ecológico en el que no intervienen directamente.

Los problemas de aprovisionamiento de agua y vertido de aguas residuales y el peligro de incendio en lugares completamente helados y descubiertos son, según el criterio de todos los jefes de base entrevistados, los problemas principales que afectan al mantenimiento de las bases antárticas. De otro lado, todos los tripulantes que integran la dotación de las bases pasan una fase de preselección en las que se realizan pruebas de actitud física y psíquica para la vida en condiciones de aislamiento prolongado.

El interés científico, razones personales relacionadas con las características del entorno, pero fundamentalmente motivaciones de índole económica son las razones que justifican la permanencia en el continente helado de las dotaciones que habitan estas bases.

Por su parte, las bases antárticas visitadas responden a objetivos diversos siempre en el marco de lo estipulado por el tratado antártico. Instalaciones con finalidades exclusivamente científicas, como la base argentina Teniente Jubany o la polaca Artcowscky, y bases de investigación meteorológica de apoyo logístico, de la que es máximo exponente la estación Teniente Rodolfo Marsh (Chile), ofrecieron al equipo expedicionario español la oportunidad de convivir por espacio de unos días con los únicos pobladores humanos del continente antártico.

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