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El envite del fez

ENVIADO ESPECIALLa visita que hoy inicia a las 10 de la mañana el presidente del Gobierno español, Felipe González, a Marruecos, tiene, una duración prevista de 34 horas y media, desde la llegada al aeropuerto de Rabat hasta el despegue del Mystère que le devolverá a Barajas. Su interés básico se resume en la audiencia del rey Hassan II al presidente González en su palacio de Fez. El programa la sitúa a las 12 del mediodía de mañana martes y, salvo alteraciones, deberá contener su duración en un margen de tiempo inferior a los 60 minutos. A las 13.00 horas el presidente español debe asistir a un almuerzo que le ofrecen las autoridades, encabezadas por el gobernador de la ciudad.

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El sistema político marroquí gira de tal forma en torno al rey, y el papel del primer ministro, Maati Buabid, es tan dependiente y subordinado, que toda la partida se juega en Fez en esa hora de tiempo real. Las otras 33 horas y media permitirán una entrevista entre los dos jefes de Gobierno, dos visitas turísticas y tres ocasiones sociales -recepciones y almuerzos-, además de una conferencia de prensa y un sueño reparador en la resitencia para huéspedes oficiales.

En el envite de Fez, en el entendimiento personal que pueda producirse, existe la esperanza de que se genere una influencia positiva sobre las negociaciones hispano-marroquíes, nada favorecidas por la última visita, el 18 y 19 de febrero pasado, de los ministros españoles de Transportes y Comunicaciones y Agricultura y Pesca, Enrique Barón y Carlos Romero, respectivamente. Una vez más, los marroquíes presentaron entonces un frente ministerial impuesto en la materia, con clara idea de sus intereses y estricta decisión de defenderlos. Enfrente, todas las referencias disponibles señalan que tuvieron unos interlocutores españoles navegando entre el desconocimiento de los asuntos a tratar, la falta de percepción de los intereses de su propio país, la carencia de instrucciones precisas para su defensa y una mezcla de mala conciencia colonialista con buenas intenciones más propias de ingenuos cooperantes de izquierda.

Los propósitos españoles con la visita de Felipe González no intentan una discusión detallada sino que son más bien expositivos; no buscan la polémica, sino el diálogo. Desean la creación de un clima previo a cualquier contenido negociador, en la perspectiva de una concepción global de las relaciones mutuas.

Alguna atención recibirá, sin duda, en estas conversaciones hispano-marroquíes, la conferencia del Mediterráneo, propuesta por Mitterrand durante su pasada visita a Rabat, que tantas susceptibilidades levanta en Argel y en Madrid. También deberá abordarse la situación del Sáhara occidental, en torno a la cual el comunicado conjunto hispano-argelino del pasado día 25 incluye "un pronunciamiento en favor de una solución justa y pacífica, basada en el respeto de los principios de las Naciones Unidas y de la OUA, mediante el ejercicio, por el pueblo saharaui, del derecho a la autodeterminación".

Los secretos Hassan-Benyedid

Tal vez el presidente español Felipe González sea iniciado en Fez, por el rey, en el secreto de los acuerdos de Hassan y Chadly en torno al Sáhara occidental. El ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, que acompaña a Felipe González, al analizar el contencioso hispano-marroquí en su libro Una política exterior para España, señala "la imperiosa necesidad de que España no se autoexcluya como protagonista importante en la búsqueda de una solución para el Sáhara". Veremos cómo se instrumenta ese designio.Hasta ahora, Marruecos veía con recelo cualquier aproximación hispano-argelina. Pero la reconciliación del Magreb ha eliminado estas reacciones. Habrá que estar atentos para que el acuerdo que se barrunta entre Argelia, Marruecos y Túnez no se haga precisamente a costa de España. También habrá que permanecer atentos para constatar las modificaciones del acercamiento a Marruecos promovidas por el Gobierno actual español, en manos del partido socialista, cuya animadversión a la monarquía de Hassan II tiene una larga trayectoria. Todo parece indicar que el PSOE puede descubrir ahora en el rey Hassan Il a un decidido europeísta y a un esclarecido demócrata.

La Prensa marroquí mantiene, sobre la visita, una actitud de sordina. El periódico del Istiqlal, L'Opinion, dedica hoy cuatro páginas en castellano a preparar el encuentro de Felipe González con Hassan II, sobre todo para incidir en. la mentalidad de los enviados especiales españoles, y presenta un. amplísimo extracto de opinioness de españoles -periodistas, sociólogos y políticos- en tomo a la, cuestión de Ceuta y Melilla. La selección está hecha con tal habilidad que personalidades como Amando de Miguel, Emilio Galindo, Antonio Papel, Fernando Morán, Narciso Serra, Elena Flores, Juan Maestre, Alejandro Rojas Marcos, Javier Álvarez Dorronsoro, Enrique Líster, Manuel Fraga, Juan Idígoras, Juan Goytisolo, Juan Tomás de Salas, Alberto Míguez y Francisco Esteban son presentados como partidarios de la retrocesión de Ceuta y Melilla al reino de Marruecos.

También se recuerda que el presidente del Gobierno español ha insistido en que Ceuta y Melilla no están en la agenda de sus conversaciones y que nunca esa cuestión será un obstáculo para las buenas relaciones hispano-marroquíes.

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