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La crisis monetaria europea

Presión sobre las autoridades de la RFA para que se opongan en Bruselas a revaluar el marco

Las autoridades monetarias de la República Federal de Alemania, personificadas en el ministro de Hacienda, Gerhard Stoltenberg, y el presidente del Banco Federal, Otto Pöhl, viajaron ayer a la reunión de Bruselas bajo una fuerte presión de los medios económicos para resistir frente a las exigencias francesas de revaluar el marco.

Uno de los puntos centrales de preocupación no está solo en perder la pujanza exportadora, sino en ver inundado el mercado por productos agrícolas de los países que devalúen.Desde el comienzo de la crisis monetaria entre París y Bonn, las declaraciones de los dirigentes alemanes se han mantenido en el mismo tono: "el país que tiene mejor balanza comercial no es el que tiene que pagarlos errores de los otros". El presidente del banco federal alemana, Otto Pöhl declaró días atrás que "no se puede echar la culpa al Marco de la debilidad del franco francés".

En Bonn se considera que ya se hizo bastante por el sistema monetario europeo (SME) con la medida tomada el pasado jueves de rebajar al 4% el tipo de redescuento, la cifra más baja de los últimos cuatro años. Esta decisión no tuvo repercusiones sobre las cotizaciones del marco y del franco, que siguieron su línea ascendente y descendente en los mercados monetarios. A su llegada ayer a Bruselas, el ministro de Hacienda de la RFA, Stoltenberg, declaró: "convoqué la reunión por mi responsabilidad de la presidencia, que estaba obligada a actuar, pero no porque hubiese un motivo especial para Alemania, sino por los contactos informales de los últimos días".

Las palabras de Stoltenberg indicaban que Bonn actuaba bajo la presión exterior, concretamente de Francia. Se supone que el Gobierno federal alemán quiere también evitar que la crisis monetaria se prolongue y salpique la reunión del consejo europeo de mañana lunes.

Resignación y temores

En medios económicos de la RFA se discutían días pasados tres posibles esquemas para solucionar la crisis: 1. Sacar al marco del sistema monetario europeo, lo que supondría una fuerte subida de su cotización. 2. Sacar al franco, lo que llevaría a una caída mayor de la moneda francesa. 3. ampliar de un 2,5% hasta incluso un 6% los límites de oscilación de las monedas dentro de la "serpiente monetaria europea", con lo que los bancos centrales no tendrían que gastarse millones en mantener las paridades dentro del SME.A pesar de la resistencia alemana, existe una cierta resignación en Bonn, ante lo que se considera casi inevitable: la revaluación del marco. El centro del problema parecía más bien tratar de reducir al mínimo la revaluación y evitar el castigo de las propias exportaciones.

El Gobierno federal no se manifestó ayer en esta capital sobre el tema monetario. Los partidos en el poder estaban metidos de lleno en las negociaciones para formar una nueva coalición. La ignorancia del canciller federal, Helmut Kohl, en cuestiones económicas, es proverbial, y no se cree que pueda llevar la voz cantante en estos asuntos.

Uno de los puntos centrales de preocupación ante la revaluación del marco era la repercusión sobre los precios agrarios. Se teme que los agricultores alemanes vean perjudicada su competitividad en los mercados exteriores y la RFA quede inundada de productos agrícolas de los países devaluadores. En la actual crisis monetaria juega también un papel decisivo la circunstancia de que Francia es el primer cliente de la RFA y tiene un fuerte déficit en la balanza comercial, que la revaluación del marco podría ayudar a corregir, al encarecer las exportaciones alemanas al país vecino.

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