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El pasado nazi de Werner Vogel, diputado 'verde", le obliga a abandonar su escaño

El recientemente elegido diputado de los verdes Werner Vogel, que por sus 75 años estaba destinado a presidir el Parlamento y pronunciar el discurso inaugural de la nueva legislatura del Bundestag, renunció a su escaño al hacerse pública su afiliación a la Sección de Asalto (SA) y al partido nazi.

El verde Vogel, como se le conocía para diferenciarlo del candidato socialdemócrata a la Cancillería, compareció ayer ante la Prensa en Bonn para reconocer en tono patético que "el pasado me alcanzó, y reconozco que yo no fui de los que opusieron resistencia al régimen del III Reich. Soy culpable de colaboración, y esta culpa me persigue desde antes de las publicaciones actuales en la Prensa".Se esperaba con curiosidad y expectación la apertura del Bundestag por un diputado verde. El anciano Vogel perteneció al partido nazi y las SA, y los verdes se declararon solidarios con su persona porque no fue culpable de crímenes y actualmente, tras su jubilación, era un hombre que ayudaba a las minorías.

Los verdes reconocen que Vogel merece la solidaridad de un hombre que rompió con su pasado, pero el partido se considera también solidario con las víctimas del nazismo, y, por motivos políticos, no quedó más remedio que la renuncia al escaño. Vogel fue un nazi de poca monta, un joven procedente de una familia nacionalista que entró en la Administración y casi automáticamente se afilió cuando Hitler llegó al poder.

Los verdes son un partido que se caracteriza por un fuerte rigorismo moral y la lucha contra la corrupción, y no podían consentir la presencia de un ex nazi entre sus diputados, lo que habría provocado divisiones internas y ataques. En las últimas semanas, los verdes fueron acusados de estar a sueldo del líder libio Muamar el Gadafi, de recibir dinero de la República Demócratica Alemana, de ser fascistas y un caballo troyano de Moscú.

La renuncia de Vogel puede considerarse ejemplar en un país donde su primer mandatario, el presidente federal Karl Carstens, ocupa la máxima magistratura a pesar de haber pertenecido a las SA. Con la dimisión de su cargo de diputado, Vogel y los verdes dieron de nuevo una lección a los partidos establecidos, aunque en un plano personal resulta dramática la figura de este anciano víctima de su pasado, porque se trata de un hombre que sin duda es hoy un auténtico demócrata.

La renuncia de Vogel a su escaño priva a los verdes de un primer golpe propagandístico en la apertura de la nueva legislatura del Bundestag. Al mismo tiempo ' vuelve al primer plano el diputado socialdemócrata Egon Franke, que por edad debería presidir la sesión inaugural del Bundestag, pero que también ha renunciado a ello. Franke, que fue trece años ministro de Relaciones Interalemanas, está en entredicho por su implicación en la desaparición de fondos de su Ministerio: seis millones de marcos no justificados (más de trescientos millones de pesetas). Al renunciar Franke, la función le corresponderá a Willy Brandt.

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