Serra pone en marcha la reforma militar

En todas sus intervenciones públicas desde que se hizo cargo del departamento de Defensa, Narcís Serra ha insistido -en que los objetivos de su departamento son alcanzar una defensa nacional más autónoma e independiente, conseguir unas Fuerzas Armadas más operativas y más profesionales, pero menos numerosas, y lograr que el pueblo español tenga una conciencia nacional de defensa. Para conseguir estos objetivos, el Ministerio de Defensa pretende materializar un amplio plan de reforma, "con visión de. política de Estado, sin visiones partidistas", como afirmó Serra ante la Comisión de Defensa.El tema al que Serra ha dedicado más horas de trabajo, según sus propias palabras, ha sido el del programa FACA (Futuro Avión de Combate y Ataque). El PSOE anunció a mediados del pasado año su intención de revisar todo el programa y se mostró partidario le una opción europea. Por este motivo, el Gobierno socialista ordenó la evaluación del avión europeo, Tomado, a pesar de que el último Gobierno centrista había decidido adquirir 84 F-18A estadounidenses. Aunque la evaluación del Tornado no ha concluido, fuentes del propio Ministerio de Defensa aseguran que el departamento está definido a favor del F18A, si bien la decisión definitiva a adoptará el Gobierno antes del 11 de mayo.

El ministro, por otro lado, ha contríbuido a reducir las tensiones entre los miembros de la Junta de efes de Estado- Mayor (JUJEM), quienes no mantuvieron reunión alguna entre noviembre y enero debido a sus enfrentamientos por la distribución de los presupuestos de Defensa entre los tres Ejércitos.

En el capítulo de nombramientos, Serra ha sustituido almirante Liberal por el general Santo Peralba ("el militar con más brillante carrera en el Ejército de Aire", según sus propios compañeros) al frente de la Subsecretario de Política de Defensa, mientras ha nombrado a una persona no militar, por primera vez en este cargo, al frente de la Secretario General Técnica de la citada Subsecretaría. Respecto a la política de ascensos, el ministro ha dado concretas instrucciones al Consejo Superior del Ejército- para que esto alto orgar4pmo consultivo clasifique con criterios profesionales objetivos, y no sólo el de la antigüedad, a los militares aptos para el ascenso al generalato. Por ese motivo, varios coroneles ya han sido saltados por otros compañeros que ocupaban lugares más ba. os en el escalafón.

El plan META

No obstante, algunos ascensos han sido criticados incluso desde sectores progresistas de las Fuerzas Armadas. Es el caso, por ejemplo, del general Carrasco Lanzos, quien ascendió a general a pesar de que su nombre figuraba -n listas de los servicios de información sobre presuntos integran es; de las tramas del 27-0. En el terreno de las intenciones, J ministro explicó el pasado 24 de febrero en las Cortes los pormenores; de su programa. Destacó la potenciación de los servicios de inteligencia en el exterior, su deseo de llevar el índice de nacionalización le los suministros de armamento para los tres Ejércitos y su interés n lograr la modernización de las Fuerzas Armadas.El programa de modernización más ambicioso corresponde al Ejército de Tierra (el META), que incluye la reducción de unos 90.000 hombres, la reconversión de las nueve regiones militares en seis y la adquisición de nuevos sistemas de armas, como misiles tierra-aire y contracarro. Con este plan se pretende crear un Ejército menos numeroso, pero más profesional y operativo. El objetivo exige, además, la reducción a la mitad del número de generales en activo. En cuanto a proyectos legislativos, el Ministerio de Defensa aún no ha enviado ninguno de los doce previstos a las Cortes. En breve, remitirá el del Servicio Militar, que prevé la reducción de permanencia en filas de quince a doce meses y la posibilidad, de que un alto porcentaje de soldados, cumpla el servicio militar en su respectiva región de origen. Otros proyectos avanzados son los relativos a defensa nacional, organización militar, estructuración de plantillas y reforma de la justicia militar. A lo largo de estos cien días no se ha producido ninguna intervención pública de los sectores golpistas de las Fuerzas Armadas, si bien Serra asegura estar "vigilante" en este -terreno. En el capítulo de omisiones destacan la falta de soluciones al problema de la UNID (Unión Militar Democrática), la escasa información sobre los preparativos del intento golpista para la víspera de las elecciones, el mantenimiento en sus puestos de altos cargos militares que, como los miembros de la Junta de Jefes, fueron nombrados por gobiernos centristas, el anunciado retraso en la ley de Retribuciones y la indefinición de la política, de defensa.