Los jefes de Estado de los "no alineados' llegan a la India entre grandes medidas de seguridad
Mientras los ministros de Asuntos Exteriores de los países no alineados continúan discutiendo trabajosamente la agenda de los temas a tratar y el texto de las declaraciones finales de la séptima cumbre del movimiento, los jefes de Estado y de Gobierno comenzaron a llegar ayer a Nueva Delhi, entre impresionantes medidas de seguridad. El problema de la representación camboyana sigue dividiendo a los no alineados, y sus ministros de Asuntos Exteriores mantuvieron ayer dos nuevas reuniones, para intentar hallar una solución antes de que comience mañana la séptima cumbre de jefes de Estado.
Anoche, cuando aún se encontraban reunidos, todo parecía indicar que se optará por dejar sin representación en la conferencia al país asiático para evitar males mayores y preservar en lo posible la ya precaria unidad del movimiento no alineado.Las posturas mantenidas por países como Afganistán, Cuba, Vietnam o Nicaragua difieren radicalmente de las que sostienen naciones como Singapur, Malaisia o los países árabes moderados. La vulnerabilidad del movimiento queda así al descubierto, lo que preocupa especialmente al país anfitrión, la India, que presidirá desde ahora la organización y que se esfuerza en encontrar fórmulas de compromiso.
Los trabajos de carácter político han tenido que dividirse en dos comités: uno que se encarga de discutir los grandes principios que deben inspirar el no alineamiento, y que se conoce en los pasillos de la conferencia como grupo escolástico o teológico, y otro que se encarga de las cuestiones concretas, sobre las que abundan las discrepancias, desde la guerra irano-iraquí hasta la cuestión del Sahara o Namibia.
En el documento económico que deberá ser discutido en la cumbre, las diferencias son sólo ligeramente menores. Se insiste en crear un nuevo orden económica mundial, en negociar con los países más ricos y en establecer una solidaridad mayor entre las naciones más pobres, en desarrollar el llamado diálogo Norte-Sur.
Uno de los roces surgió cuando se decidió cambiar la denominación de países industrializados por la de países desarrollados. De este modo, la referencia abarca no sólo a las naciones occidentales, sino también a los países socialistas que, en opinión de algunas delegaciones, deben participar también en ese nuevo orden económico.
Aunque hubo protestas de los países más afines al bloque socialista, se modíficó la anterior denominación para dejar claro que el desarrollo y la riqueza no está sólo en los países capitalistas, y que también hay que exigir responsabilidades a las naciones socialistas.
De entre los catorce jefes de Estado que tenían prevista ayer su llegada a la capital india, el que más atracción produjo, sin duda, fue el todavía presidente del movimiento, Fidel Castro. Pero las pretensiones de fotógrafos y reporteros se vieron frustradas, ya que el líder cubano no apareció y se ignora si llegará hoy, domingo, o si, por razones de seguridad, aterrizará en otro aeropuerto.
La gran obsesión
La seguridad es la gran obsesión ole las autoridades indias en estos momentos. Los edificios cercanos al Vygyam Bliavan, sede de la conlerencia, han sido registrados minuciosamente, y todas las personas que viven o trabajan en ellos, interrogadas por la policía. Más de .15.000 hombres vigilan el aeropuerto y el centro de la ciudad. El acceso a los cuatro hoteles de lujo, que albergarán a los casi ochenta líderes que asistirán. a la cumbre está termínentemente prohibido a la Prensa y al público.El presidente iraquí, Sadam Husein, creó uno de los principales problemas cuando, según la Prensa de Delhi, intentó presentarse con un contingente de 150 comandos para que le protegieran. Anoche parecía confirmado, sin embargo, que Sadam Husein no vendrá a Nueva Delhi.
Asimismo, el aterrizaje no autorizado de un avión militar iraní en el aeropuerto de Delhi alertá ayer a las fuerzas de seguridad indias, que mantienen rodeado el aparato, sin que se haya conocido la identidad de la tripulación y el motivo de su actuación.
El gran número de iraníes que residen en la India ha hecho a las autoridades reforzar las medidas de seguridad en la Embajada de Irak, donde seguramente se alojará el jefe de la delegación de Bagdad.
Trato digno de maharajás
Quizá para aliviar unas normas tan estrictas de seguridad los anfitriones han dispuesto un trato digno de maharajás para los jefes de Estado o de Gobierno asistentes. Langosta, salmón, caviar, cordero y pollo compondrán la mayor parte de los menús, después de que por problemas estrictamente religiosos los hoteles decidieran no servir ni carne de cerdo ni de vaca a sus huéspedes.Se han habilitado suites especiales en los hoteles, dotadas de baños ultramodernos y de otras maravillas del confort.
Los cocineros y camareros han sido examinados médicamente, y los alimentos que consuman los jefes de Estado serán analizados químicamente y probados por los agentes de seguridad.
Para evitar problemas sanitarios, los invitados no probarán el agua de Nueva Delhi, sino botellas de agua mineral, además de las grandes reservas de champaña, coñá, whisky y de las cuarenta marcas de vinos que han sido importado generosamente por el Gobierno indio para este acontecimiento.
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