Nacionalistas vasco-franceses e independentistas corsos se presentan por primera vez

Por primera vez, el movimiento nacionalista del País Vasco francés y los separatistas corsos se presentan de manera orrganizada a unas elecciones. Con listas autónomas, o aliados a los socialistas, los vascos quieren "pasar de la teoría pura a la realidad. Somos minoritarios y hay que acabar con la idea según la cual nosotros tenemos toda la razón y los demás ninguna", declara el líder nacionalista Jacques Abeberry. A su vez, los autonomistas de la isla de belleza de la Unión del Pueblo Corso (UPC), dirigida por Edmong Simeoni, también acuden por primera vez al sufragio popular municipal.

FELICIANO FIDALGO El movimiento nacionalista del País Vasco francés es muy minoritario. Renació hace más de veinte años, con el nombre de Enbata, que, después, le dio nombre a la revista que se edita actualmente. Su objetivo es la independencia y la reunificación con el País Vasco español. Sólo la evolución de este último en tal sentido esbozaría lo que, por su propia boca, hoy es un sueño para los nacionalistas franceses.

Ahora, por primera vez, acuden al sufragio popular. En Bayona, que consideran como la capital del País Vasco francés, presentan una lista con cuarenta y tres candidatos. Otra, también autónoma, en Uruna, villa de 6.000 habitantes. En otras ciudades, como Biarritz, Hendaya, San Juan de la Luz, así como en, poblaciones del interior, acuden en listas comunes con los socialistas, comunistas y radicales de izquierdas.

De acuerdo con estos últimos partidos, sus temas sobresalientes durante la campaña han sido la legalización de la lengua vasca, integración de las ikastolas en el sistema de enseñanza estatal, democracia y empleo. El líder nacionalista, Abeberry, resalta la entrada de los nacionalistas en el terreno electoral: "Lo hacemos con los socialistas porque, aunque no han cumplido lo prometido en su campaña electoral, no son antivascos, como la derecha. Por otra parte, pensamos que hay que cambiar el comportamiento: hay que pasar del todo o nada, que nos ha guiado hasta ahora a una estrategia más realista, sobre el terreno".

En Córcega, por primera vez también, los independentistas se someten al voto del pueblo. No se trata del ex Frente de Liberación Nacional de Cárcega (FLNC), el movimiento separatista disuelto por el Gobierno el pasado mes de enero.

A la sombra del FLNC

Quienes acuden a las urnas son los Concejos de los Comités Nacionalistas (CCN), un partido legal, surgido lentamente a la sombra del ex FLNC y que se considera como su brazo político, semejante a lo que representa Herri Batasuna respecto a ETA Militar.

Por considerarlas una trampa, los CCN no se presentaron a las elecciones regionales del verano pasado, en las que los corsos eligieron su asamblea. Ahora, por primera vez, de alguna manera, van a calibrar la popularidad de su opción independentista en las grandes ciudades corsas (Ajaccio, Bastia, Corte, entre otras) presentando listas propias, mientras en las localidades de la isla, aunque sin decirlo públicamente, concurren mezclados con los socialistas.

Su programa no alude, en ninguna medida, a la gestión municipal. La campaña, de hecho, les ha servido a los CCN para desarrollar sus principios nacionalistas. Su participación en el terreno municipal se estima que explicaría la actividad reducida de los clandestinos del ex FLNC (cuatro atentados el último fin de semana), y el .resultado que consigan los CCN pudieran influir en el futuro de la acción del movimiento clandestino.

Si sus porcentajes en las grandes ciudades fuese ínfimo, los atentados podrían de nuevo suplantar a la lucha legal.

La opción de Simeoni

Los autonomistas del doctor Simeoni (el 10% del electorado en las elecciones regionales del verano pasado), por primera vez igualmente, estarán presentes en unos comicios municipales.

En sesenta de los 360 municipios corsos, el UPC participa en listas compuestas con socialistas y comunistas. Simeoni subraya los temas que ha desarrollado en su campaña: "La identidad corsa, la transparencia del dinero público y la lucha contra el fraude electoral. Todo ello para implantar definitivamente la democracia en Córcega. En este sentido, tras la visita que hace unos días hicimos a Mitterrand los representantes electos corsos creo que es posible ver el futuro con un cierto optimismo, porque esa voluntad democrática es la que anima al presidente. Por lo que se refiere al ex FLNC, no se puede afirmar nada.