Claudín afirma que el comunismo ha caducado como lenguaje de progreso y democracia
"En nuestro horizonte no ha caducado la idea de un socialismo más igualitario, pero, queramos o no, la etiqueta comunista designa actualmente una realidad política y militar que es la que impera en la Unión Soviética. El comunismo ha caducado como lenguaje capaz de designar una realidad de progreso, democracia y socialismo, hasta el punto de que el PC italiano se está planteando estos días incluso cambiar de nombre", dijo ayer Fernando Claudín, en la presentación de su libro "Santiago Carrillo. Crónica de un secretario general". El biografiado excusó su asistencia.El libro fue presentado por Javier Pradera y Manuel Vázquez Montalbán, único miembro del PCE, este último, que asistió al acto. Vázquez Montalbán dijo que "al igual que ha habido un año internacional del niño o de la mujer, yo creo que este es el año internacional de Santiago Carrillo, por la cantidad de elementos que han incidido en su figura política, tales como su autocese -porque Carrillo no dimite, se autocesa-, o los dos libros sobre Paracuellos. Pero el libro, por el talante humano de Claudín, no pertenece a una campaña orquestada".
Claudín dijo que su libro no estaba escrito con motivo de la dimisión del dirigente comunista, y añadió que había intentado explicar las características del cargo, "de la clave de la bóveda, de las estructuras semimilitares del PCE y de cómo los partidos comunistas creen poseer en monopolio la verdad de la Historia, algo incluso superior a la ciencia marxista, que es la ciencia marxista-leninista".
El autor señaló en Carrillo un posible complejo de inferioridad desde la adolescencia con respecto a los intelectuales, por lo que "siempre necesitó que éstos -Semprún, Pilar Brabo, Curiel- le reconocieran como dirigente". La alusión al actual vicesecretario general comunista, Enrique Curiel, hizo que el abogado José María Mohedano pidiera a Claudín una rectificación, por considerar que Curiel es, "como mucho, un relaciones públicas o un vendedor de lavadoras con apariencia de limpito". Claudín diría después: "A ese respecto he utilizado, sin darme cuenta, no la calificación de 'intelectual' mía, sino la de Santiago Carrillo".
Vázquez Montalbán reconoció que Carrillo siempre fue ambicioso -"no conozco político que no lo sea"- y que en el PCE hubo acumulación y ejercicio desmesurado de poder, pero dijo que este partido "nunca ha tenido unas relaciones normales con la realidad". Después, recomendó la lectura del libro "a los militantes del PCE, aunque ya sé que la tendencia de esta casa es que estos libros no deben ser leídos; a los militantes del PSOE, para que escarmienten en cabeza ajena, y a los secretarios generales de las Juventudes Socialistas, para que vean cómo un muchacho puede llegar de la nada a la más absoluta pobreza".
Javier Pradera encontró el libro "lleno de referencias a la megalomanía y omnipotencia de la cultura comunista tradicional", y calificó el eurocomunismo de "versión tardía y contradictoria del socialismo democrático". "El libro", dijo, "es el drama de una vida entera dedicada a un rol político del que la vida ha despojado a Carrillo".
Tras una breve intervención del humorista José Luis Coll -"soy el bajito de la, pareja"-, quien dijo que era hijo de una comunista exiliada durante cuarenta años y que "no soy del PCE ni de ningún otro partido, aunque a veces coqueteo con el PSOE, seguramente porque su presidente tiene los labios gordos, como yo", intervino José Mario Armero, presidente de la agencia Europa Press, para acusar a Claudín de "falta de rigor y profundidad" al enjuiciar "lo mucho que debemos a Santiago Carrillo por su papel en la transición a la democracia".
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