Un presunto delincuente, muerto por disparos de un policía municipal cuando se daba a la fuga en un automóvil
Emilio Amador Jiménez, de veinticinco años de edad, natural de Torralba de Calatrava (Ciudad Real), murió a últimas horas de la madrugada del viernes por los disparos de un policía municipal que le sorprendió junto a un cómplice cuando intentaba robar un vehículo aparcado en una calle del distrito de Carabanchel. Según declaraciones de Enrique Moral, concejal delegado de Seguridad y Policía Municipal, "de confirmarse oficialmente que disparó cuando ya los dos presuntos delincuentes huían, el policía habrá incurrido en una grave responsabilidad". El agente fue detenido por inspectores de la comisaría de Carabanchel y puesto a disposición del juez.
Los hechos, según las declaraciones del concejal responsable de la Policía Municipal, quien conversó ayer con el policía implicado, ocurrieron de la siguiente forma: Aproximadamente a las 6.30 del pasado viernes, el policía municipal, cuyo nombre corresponde a las iniciales G.A.P., salía de su domicilio para incorporarse al servicio, y advirtió que dos hombres de mediana edad intentaban robar un vehículo aparcado, que el policía identificó como perteneciente a uno de sus vecinos.El agente, que en esos momentos vestía de paisano, se acercó rápidamente a los dos hombres, les dio el alto y les ordenó entregarse, al tiempo que se identificaba como policía. Uno de los dos hombres, sin embargo, se acercó a él armado con una navaja de grandes proporciones, por lo que el policía se vió obligado a esgrimir su pistola reglamentaria. En ese momento, el supuesto delincuente optó por huir. Mientras tanto, su compañero había puesto en marcha un Renault-4, modelo furgoneta, con quinta puerta. El primero de los jóvenes sorprendidos montó en el vehículo por la puerta trasera, perseguido muy de cerca por el policía municipal, quien consiguió incluso agarrarse a una de las ventanillas del vehículo, mientras insistía en que se entregaran.
Al contrario, el vehículo aceleró y el policía tuvo que soltarse. Fue entonces cuando hizo los disparos, no se sabe cuántos, apuntando a las ruedas. Tal vez debido a lo forzado de la postura, o a que el supuesto delincuente se hubiera tirado al suelo del vehículo, una de las balas le alcanzó en la nuca. El Renault-4L, conducido por el otro hombre, continuó su huída.
Grave responsabilidad
G.A.P. pensó que sus disparos no habían hecho blanco y se presentó ante sus superiores de la Policía Municipal, a quienes dió cuenta de lo sucedido. A continuación, se personó en la comisaría de Carabanchel, donde también dió parte de los hechos. Después continuó con su servicio habitual. Sin embargo, a las 6.50, apenas veinte minutos más tarde, un hombre, identificado después como Emilio Amador Jiménez, con antecedentes penales por robos y conducción ilegal, era ingresado en el hospital Primero de Octubre por personas que no se quisieron identificar, con un balazo en la nuca.El herido falleció más tarde, y la policía relacionó inmediatamente ambos hechos. En la tarde del viernes, varios inspectores se personaron en el domicilio del agente municipal, que fue conducido a la comisaría de Carabanchel, de donde pasó a disposición judicial. Al mismo tiempo, y según fuentes del Gobierno Civil, la policía gubernativa busca al cómplice del fallecido
Vigilancia
Enrique Moral declaró que, hasta el momento de efectuar los disparos, la actuación de G.A.P. fue digna de todo elogio, puesto que logró evitar un robo e intentó, fuera de sus horas de servicio, detener a los autores. El concejal responsable de Seguridad y Policía Municipal añadió, sin embargo, que los agentes tienen terminantemente prohibido disparar contra cualquier persona que huye, a no ser que exista alguna situación de peligro para la integridad física de las fuerzas del orden o de un tercero. "Un policía municipal", añadió, "es un profesional y tiene que saber en todo momento cuándo puede utilizar un arma de fuego"."En caso de que se demuestre que G.A.P. disparó cuando ya no se encontraba amenazado, su actuación podría calificarse de grave, y el Ayuntamiento, independientemente de la investigación judicial, abrirá un expediente para determinar las circunstancias, por si la actuación del policía pudiera no haber sido responsable. La policía tiene instrucciones claras de que no hay que disparar a un delincuente que huye si no hay peligro para otra persona".
Enrique Moral añadió que, por la propia función polivalente de la Policía Municipal, la muerte del supuesto delincuente era un suceso atípico, que no tiene precedentes. A petición de la familia del agente en cuestión, dos de sus compañeros están cumpliendo servicio de vigilancia ante la puerta de su domicilio, por temor a que pudieran producirse represalias por parte de los amigos de la víctima. El concejal agregó que el Ayuntamiento deplora lo sucedido.
El Reanult-4L, del que se desconoce la matrícula, apareció poco después, con dieciocho ruedas en su interior, que la policía estima que corresponden a otras tantas sustracciones de vehículos.
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