Las ayudas a la Prensa
Algo más que el punto de vista de un grupo parlamentario está detrás de la proposición presentada en el Congreso para que el Gobierno elabore un proyecto de ley de ayuda a la Prensa. Está en juego, como decimos en el título, nada menos que la libertad.El problema de la Prensa se puede presentar estrictamente como el de un sector necesitado de ayuda por la subida de los costes, que no se compensa con la demanda del público, para atraer al cual son precisas una reestructuración y una renovación tecnológica que exigen inversiones inasequibles a las empresas periodísticas por sus solas fuerzas. Ayudarlas sería sencillamente hacer con ellas lo que se hace con las de cualquier otro sector.
Pero el sector de la Prensa no es "cualquier otro". La Prensa vende información e ideas, y esto eleva la cuestión a un plano nuevo y diferente. El enfoque estríctamente económico no es un mal enfoque, pero sólo puede ser el principio.(...)
Hablamos de información, pero principalmente de ideas. Información suministran también otros medios de comunicación, pero ninguno iguala a la Prensa en la reflexión sobre esa información, que es su cometido más noble, gracias al cual, al mismo tiempo que forma a la opinión, la expresa. Y esto ya debe importar por razones distintas de las económicas a un Estado, cuya Constitución reconoce como valor superior el pluralismo y que encomienda a los poderes públicos la promoción de las condiciones para que la libertad y la participación de los ciudadanos sean reales y efectivas.(...)Hablamos de una Prensa libre, social y plural: que sea expresión de la sociedad y que por esta razón tenga múltiples caras. Este pluralismo debe respetarlo el Estado escrupulosamente. A la Prensa se la puede amordazar de muy diversas maneras, y no siempre son las más eficaces la prohibición o la censura; tratándose de un medio que necesita ayuda y estando en manos del Estado prestársela, es muy fácil coger a la Prensa por el cuello condicionando esa ayuda. ( ... )
En conclusión, un Estado democrático necesita libertades, y ninguna libertad como la de la Prensa; pero ésta no se consigue simplemente consignándola en la Constitución: hace falta que existan realmente periódicos libres, y esto exige ayudas que no maten la libertad, del ayudado. La propuesta presentada al Congreso plantea la cuestión en sus términos exactos; ahora queda esperar la respuesta del Gobierno.
, 23 de febrero
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