¿Funcionarios privilegiados?

Viene de la página 9 los comentarios ha sido bastante ponderado, excepto al referirse a los cuerpos de elite.

El odio y rencor que despiertan en el comentarista G. M. hacen pensar que dicho señor opositó a alguno de ellos.

Como hasta ahora sólo utiliza calificativos, yo voy a darle algunos datos, para que los conozca. Y, si se publican, que el pueblo decida sobre nuestros privilegios.

Ignoro lo que gana un director general. Un subdirector puede cobrar 180.000 pesetas. Yo, delegado del Ministerio para tres provincias, cobro 174.196 pesetas, ayuda familiar por mujer y dos hijas, complemento de destino, dedicación exclusiva, grado e incentivo de productividad.

Cuando se rasga las vestiduras porque se me pagan esos incentivos, ¿por qué no se escandaliza de que como sueldo bruto se me pague 60.300 pesetas? Esta es la retribución de un ordenanza de la empresa privada. Con todo mi respeto hacia esos trabajadores.

Al informar hay que ser algo serios. Y más honestos. Los políticos del Estado, y no el Cuerpo de los Técnicos Comerciales, se inventó un día este follón de incentivos y complementos para pagarme; en lugar de incrementar el sueldo hasta un nivel digno, me pagan por jefaturas, incentivos, prolongaciones de jornada, que al jubilarse desaparecen y sólo quedan unas miserables prestaciones en función del sueldo. Este es el privilegio de los funcionarios.

Semejante situación es impensable en la empresa privada, a la que, por cierto, se van muchos técnicos comerciales del Estado. Según el escalafón del cuerpo a 31 de diciembre de 1981, de los 269 técnicos sólo trabajamos en el ministerio doscientos.

El 26% ha encontrado, parece ser, privilegios aún mejores. / . Delegado del Ministerio de Economía y Comercio en San Sebastián.