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Los países del golfo Pérsico intentan llegar a un acuerdo para evitar una guerra de precios del petróleo

Soledad Gallego-Díaz

Arabia Saudí y Kuwait acogieron con irritación el anuncio de Lagos de reducir el precio de su petróleo en 5,5 dólares, cuando el Reino Unido, que tiene un crudo de calidad parecida, sólo había bajado tres dólares. Si Riad y las capitales del Golfo quieren mantener la tradición a diferencia de precios entre su crudo y el de esos otros países, se verían obligados a reducir el actual precio de 34 dólares por barril hasta 27 dólares y podrían provocar un nuevo movimiento a la baja de Nigeria, con consecuencias impredecibles. Aun en el caso de que redujeran sólo hasta 28,50 dólares / barril, es decir, en la misma proporción en términos absolutos que Lagos, los países del Golfo perderán aproximadamente, según cálculos kuwaitíes, unos veinticinco millones de dólares diarios.El ministro del Petróleo kuwaití, jeque Alí al Jalifa el Sabah, declaró a la Prensa local, antes de salir para la capital saudí, que los países del Golfo debían mantener su precio actual y resistir todas las presiones a la baja, pero su colega de Qatar, jeque Abdul Azme al Than, afirmó que el precio de 34 dólares "no es real" y que estarían obligados a reducirlo. Y la misma opinión expresó el ministro de los Emiratos Arabes Unidos.

La posición de Arabia Saudí -el gigante de la zona- se mantiene en secreto, aunque los expertos estiman que se pronunciará por una reducción no demasiado acentuada, aunque su petróleo pase a tener un precio similar al de otros de mejor calidad, para evitar que se desencadene la guerra completa. El jeque Yamani, ministro de Petróleo, parece preocupado por las consecuencias que puede tener en el mundo industrializado una batalla de precios a la baja y ha advertido que puede provocar la bancarrota de algunos bancos y pequeñas compañías de petróleo, así como situaciones insostenibles en países productores muy endeudados, como la propia Nigeria o México.

Si los países del Golfo se pronunciaran por una reducción elevada, de siete dólares, la OPEP estaría prácticamente condenada a la desintegración, tras trece años de discusiones. internas pero efectividad final. En cualquier caso, la posición de Arabia Saudí será la de los otros países del Golfo, que irán detrás de Riad, con la incógnita de Irán e Irak, que continúan su guerra a pocos kilómetros de este país.

Kuwait deberá revisar también su política de baja producción, con la que ha logrado hasta ahora mantener los precios. En 1972 producía 3,25 millones de barriles por día, para pasar a sólo 650.000 en 1982. Los niveles de producción deben ser, pues, uno de los puntos de discusión en Riad, así como las consecuencias financieras para otros países de la zona de una disminución en los ingresos de los países productores. Las inversiones nuevas de Kuwait en la zona y en el extranjero se han reducido casi en un tercio en los últimos años.

La posibilidad de que los países Picos de la OPEP dejen de ingresar dinero en el circuito financiero internacional o que simplemente disminuyan su ritmo, provoca auténticos escalofríos en los mercados internacionales, en los que ayer se registró un gran nerviosismo. La libra esterlina volvió a bajar no sólo frente al dólar, sino también frente a las otras monedas europeas, porque los expertos creen que la reducción de tres dólares no será suficiente y que el Gobierno conservador de Margaret Thatcher se verá obligado a seguir a la baja para resultar competitivo. Si fuera así, la primera ministra británica se vería obligada a dar marcha atrás en su programa de reducción de impuestos, y su programa antiinflación sufriría también las consecuencias, en un momento en el que todo el mundo habla de elecciones anticipadas.

Menor inflación

Por otro lado, la baja en curso de los precios del petróleo permitirá a la economía española crecer un 0,5% adicional en 1983, mientras que la inflación podrá disminuir entre medio punto y un 0,75% adicional, según estimaciones realizadas en el sector enérgetico sobre la base de un descenso mínimo de 4 dólares por barril.Las repercusiones - sobre la balanza de pagos se estiman entre 900 y 1.300 millones de dólares, lo que supondrá un inesperado respiro para la economía española, cuyas previsiones económicas para este año, según el Ministerio de Economía y Hacienda, se situaban en un 2% para el PIB, un 12% para la inflación y un déficit por cuenta corriente en torno a los 3.000 millones de dólares. Varios expertos han seña lado que España se verá muy beneficiada con esta reducción de los precios del crudo.

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